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Volkswagen relanza un modelo fuerte con el nuevo Passat 2020
Volkswagen necesitaba reforzar su estrategia de sedanes para continuar creciendo en Estados Unidos, sin robar recursos a su ofensiva de SUV. La solución a la que llegaron los directivos de la marca fue no desarrollar un Volkswagen Passat 2020 totalmente nuevo, sino actualizar profundamente a la generación actual para seguir buscando su espacio en el segmento de los sedanes medianos.
Por tal motivo, el Volkswagen Passat 2020 recibe una cirugía plástica que lo deja a imagen y semejanza del resto de los sedanes de la marca en nuestra región. El nuevo Volkswagen Passat 2020 da la cara en lo que a su especificación europea se refiere, y lo hace con importantes mejoras tecnológicas, un nuevo motor Diesel y una serie de retoques de imagen que lo actualizan sin hacer que pierda su esencia.
El nuevo Volkswagen Passat 2020 es uno de los lanzamientos que tenía pendientes para este año la marca alemana. La berlina se actualiza en todos los sentidos, aunque los cambios de mayor importancia son los que no se ven a simple vista. Los que sí se muestran suponen una puesta al día estética que viene dada por elementos como una nueva parrilla más moderna y unos faros rediseñados, entre otras cosas. Y todo para llegar a los 30 millones de vehículos producidos, todo un hito que le convierte en el segundo Volkswagen de más volumen de siempre por detrás del Golf.
Una vez entremos al habitáculo del nuevo Volkswagen Passat 2020 nos encontraremos con la actualización del Digital Cockpit, que estará acompañada de una nueva interfaz táctil en el volante. También se actualizan los sistemas de entretenimiento, se mejora el control por voz y existirá una conexión permanente a internet por medio de una tarjeta sim. Otro de los puntos de interés lo marcan los nuevos faros IQ.LIGHT, denominación escogida por Volkswagen para los que incorporan la tecnología de matriz de led.
Otra de las nuevas denominaciones que presenta el nuevo Volkswagen Passat 2020 es IQ.DRIVE, que no es otra cosa que la conjunción de las ayudas a la conducción que presenta el coche, funciones semi autónomas inclusive. Tenemos ahora, por ejemplo, un control de crucero que se activa entre 0 y 210 kilómetros/hora y que es capaz de mantener velocidad y distancia con otros vehículos, intervenir en la dirección para seguir el carril por el que circulemos e incluso realizar maniobras evasivas y detener el coche cuando el conductor deja de sujetar el volante durante más de diez segundos y tampoco hace caso de las señales sonoras y visuales. Todos los sistemas presentes suponen un apoyo al conductor, pero en ningún caso la sustitución de éste.