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A un año de su muerte: el Flaco la vió
A un año de su desaparición física, el automovilismo nacional recuerda al Flaco Juan María Traverso.

Juan María Traverso no nos dejó. A un año de su desaparición física, no hay momento en el automovilismo argentino en el que no se lo mencione o se lo recuerde. Su llama se mantiene encendida, quedó su huella y muchos de quienes lo conocimos y compartimos sus historias podemos caminarla en cada carrera, en cada rincón de boxes, en cada auto, en cada anécdota.
Sin entrar en el simplismo del recuerdo por el mero hecho de llegar al 11 de mayo, lo de Traverso ha sido grande en vida y en la posteridad es más grande aún. En el espejo podemos mirar lo que es el automovilismo nacional de hoy, contaminado por egoísmos, caprichos, intereses mezquinos y una vista acotada de lo que realmente significó desde sus inicios como deporte popular en nuestro país.
Cuesta entender en qué lugar estaria en vida el Flaco hoy, si se plantara frente a lo que ocurre en los aspectos reglamentarios, institucionales y deportivos, en la tecnología, los negocios, y los costos para los "corredores" como él siempre decía.
Traverso fue un adelantado en ver que los costos en el automovilismo se disparaban, y con carreras aburridas sin sobrepasos había que pensar en categorías con paridad y con potencia, en chasis similares, y en autos que le permitan al piloto lucirse con su manejo y no con su billetera.
Algunos de los sueños de Traverso en alguna medida se han materializado, pero lamentablemente muchos otros no. Por eso suena hipócrita cuando muchos pilotos, dirigentes y pesonajes fuertes del automovilismo lo recuerdan y le hacen homenajes, con acciones que son lo opuesto a lo que él hubiera querido.
El mundo de los negocios no tiene piedad. No sabe de luto, no reconoce méritos sino que solo apunta al dinero, al resultado fácil. El automovilismo de hoy no es el autmovilismo de Traverso. No por una cuestiòn de épocas ni por una cuestiòn de sueños, sino porque la evoluciòn continúa y aquellos años "romatizados" ya no volverán.
El Flaco no está. Sigue vivo en cada momento, en los recuerdos que por mil se multiplian cuando vemos en cada fin de semana pilotos robotizados, inexpresivos, cuidadosos en sus emociones, y carreras que muchas veces no se entienden o son más eficaces que una pastilla para dormir...
No estoy diciendo que todo tiempo pasado fue mejor, sino que hoy, en muchos sitios estarán recordando al más grande campeón de la historia del automovilismo nacional de los ultimos tiempos, queriendo honrar a un Traverso que saldría espantando viendo lo que es gran parte del automovilismo actual, el mismo que tanta gloria le dio.
Una pequeña reflexión para saber quien es quien y por qué Traverso tenía tanta razon en muchas observaciones sobre el automovilismo.
En definitiva, Juan la vió.