Opinión
Frente al temporal, actitud y destreza en la pista
Hasta hace unos años correr con pista mojada o con algo de lluvia era una misión casi imposibe en el automovilismo argentino. Con la mejora en los circuitos, en los autos, en la calidad de neumáticos y en la seguridad mínima ante condiciones adversas, los pilotos empezaron a desafiar la regla y en la actualidad la lluvia no es impedimento para una competencia. Ni siquiera con un temporal de la magnitud del de este domingo en Paraná con el TC 2000 y Turismo Pista o con las condiciones que presentaba el autódromo de Concordia con el TC.
Si bien se sabía que el mal tiempo iba a acompañar durante todo el domingo y que las condiciones lejos de mejorar iban a empeorar, en Paraná se corrieron cuatro Finales algunas de ellas al límite de lo permitido en seguridad como la Clase 3 y gran parte del TC 2000. Las autoridades de la CDA estuvieron muy bien y acertaron en sus decisiones de pista. En momentos en que la tempestad aflojaba se podía correr y cuando arreciaba la tormenta salía el Auto de Seguridad para calmar todo. Aunque a decir verdad, las competencias se pudieron realizar porque varios factores lo permitieron: en primer lugar el estado del circuito de Paraná con sus banquinas firmes, parejas (con los desniveles propios de la topografía del lugar) y con buenas superficies de leca suelta que frenaba a los autos descontrolados. El estado de la pista fue muy bueno con drenaje en todo su recorrido y casi sin zonas inundadas pese al diluvio. En segundo término destacar las decisiones de autoridades y las categorìas de seguir adelante con las carreras con todas las medidas preventivas y de seguridad posibles y en este punto destacar la actitud de los pilotos.
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Desde la categorìa más promocional como es la Clase Uno, hasta el sofisticado TC 2000 con pilotos con experiencia, en todas las Finales se brindaron por el espectáculo con muy buena actitud, con limpieza en las maniobras, profesionalismo y una destreza bajo el agua que merecieron elogios y aplausos. Lógicamente que hubo despistes, errores, algunos toques y trompos, pero en ningún caso se llegó a situaciones descontroladas o de zozobra y eso se logró en la mayoría de los casos por la forma en que los pilotos se tomaron las carreras y de qué manera resolvieron situaciones comprometidas. Vaya el reconocimiento para ellos. Tambièn para los rescates. Hemos visto que en carreras sin lluvia y con mejores condiciones de trabajo se tarda más de lo lógico para sacar autos y retomar las carreras lo que debilita el atractivo de una carrera. En Paraná, con una situación extrema, los rescates estuvieron a la altura de los acontecimientos y no fallaron. Lo mismo que la entereza y profesionalismo del cuerpo de banderilleros, que en medio del temporal fueron claves en el tránsito difícil de ciertos sectores de la pista.
Lo que parecìa imposible de sacar adelante se logró bajo condiciones meteorológicas inusuales. Si bien se corre con lluvia, bajo los truenos y algunos rayos y con ráfagas de viento no es habitual hacerlo. En Paraná el TC 2000 y Turismo Pista dieron una muestra de madurez en todo sentido que les sigue sumando positivamente en paralelo con el muy buen espectáculo deportivo que brindan en las pistas. Los pilotos ayer le dieron brillo a las carreras con sus maniobras y su actitud bajo la tempestad. Por eso, el mal tiempo, tuvo como respuesta habilidad y destreza en la pista.