Otras
“Ayrton Senna era un distinto”
Enrique Mansilla, contrincante suyo en Fórmula, dialogó con Carburando tras el estreno de la serie “Senna” y brindó detalles desconocidos de la personalidad del piloto brasileño.
Ayrton Senna compitió con Enrique Mansilla en la Fórmula Ford en los primeros años de los ‘80, y allí se gestó una rivalidad que luego terminaría en una gran amistad. En diálogo con Carburando, el ex piloto detalló cómo fue su relación con él.
Leer además: Luciano Crespi reveló un detalle inédito del rodaje de la serie de Ayrton Senna
“Ayrton Senna era una excelente persona, un chico pensante, refinado, bien educado, éramos grandes compañeros. Pero bueno, cada cual corría como le parecía, y él introdujo al automovilismo hábitos del karting y yo fui el primero que lo vio. No estaban vistos en el automovilismo, si en el kartismo. Esto lo entiendo después de muchos años, porque ahora se corre así. En ese momento hubo situaciones que empezaron a molestar. Llegó un momento que yo hice lo que él y no le gusto”, explicó en un primer momento.
A pesar de que luego fueron grandes colegas, en un primer momento se sacaron “chispas” en la pista pese a ser compañeros en Van Diemen, y así fue como lo recordó Mansilla: “El problema era que a él le encantaba toquetearte, empujarte, meterte la rueda entre las dos ruedas para intimidarte y pararte. Yo que me crié, automovilisticamente hablando, en Inglaterra, eso no se hacía. A mi me enseñaron a correr al milímetro pero sin tocar, y él era ‘toquetón’. Llegó un momento que empecé a hacerlo".
Hubo una situación que trascendio a los presentes por las consecuencias que tuvo, y que retrata fielmente como era la relación entre ambos: “El dia de Mallory Park le tocó perder y no le gustó, y ahi fue cuando se armo ese episodio, feo, porque la gente nos miró como diciendo ‘estos sudacas hacen cosas raras’. Eso mostró un ángulo de su personalidad, porque pasó con Schumacher y Prost, de otra manera. Era una persona bárbara, pero con el casco puesto era un vikingo”.
No obstante, y a pesar de la tensa relación que ambos tuvieron en sus inicios, luego pudieron entablar una fructífera amistad a tal punto que “Quique” no dudó en definirlo de esta manera: “Era un resiliente, perseverante. Una persona que nunca cesó, él iba para adelante. Interesante, una de esas personas que son increíbles y tienen talentos ocultos que no son normales, era un distinto. Tenía estas cosas de la religión que él creía y lo acompañaba. Era muy privado, sino fuese porque su novia de ese momento y mi esposa eran amigas, él no se juntaba con nadie. Se la pasaba con sus libros y meditación, por eso entraba en ese trance que él dice que entraba”.