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Auspiciado por
Ranquel , el último Rastrojero
En 1980, la liquidación de la empresa estatal IME, Industrias Mecánicas del Estado, terminó con la producción de los tradicionales Rastrojeros.
El gobierno nacional a través del Ministerio de Defensa llamó a licitación pública para la venta del patrimonio y la empresa Lo Giudice-Pace gana la licitación, adquiriendo todo el herramental y el stock remanente, trasladándolo a la ciudad de Villa Gobernador Gálvez, a pocos kilómetros de Rosario.
Con el objetivo de reiniciar la producción de los populares utilitarios, la empresa realiza gestiones ante la Secretaría de Industrias de la Nación en 1982.
La burocracia o vaya a saber qué pero los trámites tardaron casi tres años y recién en 1985 se acepta la solicitud.
Durante ese lapso, se produjeron unas 400 unidades de los modelos pick up y “frontalito” a un ritmo de unas 15 unidades mensuales.
La producción estuvo a cargo de un grupo de concesionarios, que sin línea de montaje y empleando a unos 30 operarios, realizaban el armado de los Rastrojeros con el stock remanente de piezas y repuestos que le habían quedado y recurriendo a proveedores externos que aún fabricaban muchas de las autopartes.
Para la motorización también se recurrió al stock de algunos propulsores Indenor más algunos que se trajeron de Borgward Uruguay.
De acuerdo a la legislación vigente, estas unidades eran consideradas como “armadas fuera de fábrica”.
La realidad y el esfuerzo económico que no alcanzó hizo que definitivamente se parara con este proyecto.
Un último intento por revivir los rendidores Rastrojeros lo realizó la empresa sanjuanina Imetal S.A. perteneciente al grupo Massey Ferguson.
Presentaron en 1989 los conocidos utilitarios, esta vez rebautizados con el autóctono nombre de Ranquel.
El proyecto contempló la producción de la pick up y el camión frontal a un ritmo de unas 1.000 unidades al año comenzando con 500 en el primer período.
La distribución estaba a cargo de Massey Ferguson que contaba con una amplia red de 55 concesionarias en todo el país.
La pick up Ranquel mantenía las características básicas del Rastrojero.
Externamente se había actualizado el frontal que incluía una parrilla de nuevo diseño, nuevas ópticas rectangulares y nuevas luces de posición.
Una amplia gama de nuevos colores, llantas caladas y espejos retrovisores envolventes ayudaban a renovar su imagen.
En la cabina los cambios se hacían evidentes con el piso alfombrado en buclé, nuevos tapizados y asientos enterizos, un renovado tablero con indicadores por aguja, reloj a cuarzo, radio y calefactor, luces testigos y teclas de accionamiento para los comandos de luces.
El volante inyectado también ofrecía un nuevo y agradable diseño.
La cabina de chapa de acero soldada, estaba protegida contra la corrosión mediante un proceso de pinturas especiales.
La pick up tenía una gran diferencia a su antecesora, estaba propulsada por un nuevo motor Borgward Diesel de 2400 cc y 70 CV.
La caja de la pick up era la tradicional de madera y su robusto chasis de largueros tipo tubo de deformación variable le permitía soportar sin problemas una carga de 1.300 Kg.
Así momentaneamente resurgio un vehículo de carga que le dio trabajo a muchos argentinos, una camioneta que hoy se recuerda por su nobleza y sencillez