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Salud y bienestar: ¿Qué comer para sentirse ligero y combatir el achaque por calor?

El cuerpo gasta una gran cantidad de energía en regular su temperatura. Aprende a aligerar la carga digestiva, reponer minerales clave y elegir los alimentos que actúan como aliados refrescantes naturales en la temporada de calor.

Salud y bienestar: ¿Qué comer para sentirse ligero y combatir el achaque por calor?
Salud y bienestar: ¿Qué comer para sentirse ligero y combatir el achaque por calor?

Cuando el termómetro se dispara, esa deliciosa comida copiosa que tanto disfrutamos en invierno se convierte rápidamente en una pesadez. El calor intenso no solo afecta nuestro apetito, sino que también incrementa el esfuerzo que el cuerpo realiza para mantenerse fresco. La digestión, de por sí un proceso que genera calor metabólico, se vuelve una tarea extra que puede contribuir a la sensación de fatiga, letargo y malestar general.

El objetivo de la dieta veraniega debe ser doble: minimizar la producción de calor interno y maximizar la reposición de líquidos y electrolitos perdidos a través del sudor. Esto no significa comer menos, sino comer de manera diferente, eligiendo alimentos frescos, de fácil digestión y con alto contenido de agua.

🍽️ La Termogénesis de los Alimentos: Por Qué nos Dan Sueño

El proceso de digestión requiere energía. Esta energía, liberada en forma de calor, se conoce como termogénesis inducida por la dieta.

  • Proteínas y Grasas: Estos macronutrientes requieren un mayor trabajo digestivo y, por lo tanto, generan más calor. Una comida rica en carne roja, salsas cremosas o frituras obliga al sistema a trabajar arduamente, elevando tu temperatura interna y contribuyendo a la sensación de "bajón" o somnolencia post-comida.

  • Hidratos de Carbono Simples: Aunque son más fáciles de digerir que las grasas y proteínas, el exceso de azúcares refinados puede llevar a picos de glucosa y posterior fatiga.

La clave está en optar por comidas más frecuentes, ligeras y con porciones más pequeñas que las habituales.

Tres Pilares para la Dieta de Verano

1. Prioriza Alimentos con Alto Contenido de Agua

La comida es una fuente de hidratación a menudo subestimada. Muchos alimentos contienen más de un 80% de agua, ayudando a compensar la pérdida por sudoración.

  • Frutas Refrigerantes: Sandía, melón, fresas, naranjas y pomelos encabezan la lista. Además de hidratar, son ricos en vitaminas y antioxidantes.

  • Vegetales Refrescantes: Pepino, lechuga, tomate y calabacín (zucchini) son ideales. Consúmelos crudos en ensaladas o ligeramente cocidos al vapor para facilitar la digestión.

  • Prepara Platos Hídricos: Las sopas frías, como el gazpacho andaluz o el ajoblanco, son excepcionales porque combinan agua con vegetales crudos y grasas saludables (aceite de oliva), además de sal para reponer sodio.

2. Equilibrio Inteligente de Macronutrientes

Aligerar la digestión no significa eliminar grupos alimenticios, sino elegirlos sabiamente y moderar las porciones.

  • Proteínas Ligeras: Sustituye las carnes rojas por pescado blanco (merluza, lenguado), pollo o pavo sin piel, y legumbres (lentejas o garbanzos) en formato de ensaladas frías (hummus). El pescado azul (salmón) es excelente por sus omega-3, pero su porción debe ser moderada.

  • Grasas Saludables: Opta por grasas insaturadas que son más fáciles de metabolizar que las saturadas. Prioriza el aceite de oliva virgen extra (crudo), el aguacate y los frutos secos (en pequeñas cantidades).

  • Carbohidratos Complejos de Bajo Índice Glucémico: Elige cereales integrales y patatas cocidas o boniato, que liberan energía de forma sostenida y evitan picos de glucosa.

3. Reposición de Electrolitos y Minerales Clave

El sudor es salado, y esa sal contiene sodio, potasio y magnesio, esenciales para la función muscular y nerviosa.

  • Potasio: Se pierde rápidamente con el sudor. Aumenta el consumo de plátanos, espinacas, tomates y albaricoques para mantener el equilibrio.

  • Magnesio: Ayuda a prevenir calambres. Lo encuentras en semillas (chía, calabaza), aguacate y chocolate negro (con moderación).

  • Sodio: No elimines la sal por completo; una pizca de sal marina o sal del Himalaya en tus comidas o bebidas caseras (como el gazpacho) ayuda a retener el agua que bebes.

🧊 Peligros a Evitar: Cuidado con lo que Enfría

Paradójicamente, algunos hábitos comunes pueden empeorar el malestar:

  • Comidas Muy Frías: Ingerir bebidas o alimentos extremadamente fríos (como un helado recién sacado del congelador) provoca un "choque térmico" que puede causar un breve calambre estomacal y, a largo plazo, el cuerpo gasta más energía en calentarlos hasta la temperatura corporal, lo que es contraproducente. Es mejor optar por alimentos frescos o ligeramente refrigerados.

  • Salsas Pesadas y Mayonesas Caseras: El calor aumenta dramáticamente el riesgo de contaminación bacteriana (salmonelosis). Las salsas con huevo crudo o leche son un caldo de cultivo ideal a altas temperaturas. Prioriza vinagretas con aceite de oliva y limón/vinagre.

  • Condimentos Picantes (Efecto Dual): Aunque el picante induce la sudoración (lo que puede generar una sensación de frescor después de comer en climas secos), para la mayoría de las personas, el aumento de temperatura interna que genera es incómodo en olas de calor húmedo.

En resumen, la dieta de verano debe ser un aliado ligero y refrescante. Piensa en el frescor del Mediterráneo: ensaladas, pescado, frutas y muchas verduras, haciendo de la digestión un proceso suave que te permita mantener la energía alta y el cuerpo a raya contra el calor.

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