Opinión
TC2000: General Roca, el pulso de un clásico que no falla
El TC2000 volvió a General Roca y no defraudó: un circuito histórico, un público fiel y un espectáculo vibrante coronado por la victoria de Matías Rossi, que reafirmó su vigencia en la categoría.
Hay plazas que no necesitan explicación. General Roca es una de ellas. El TC2000 volvió al Alto Valle y lo que se vivió el fin de semana ratifica por qué este circuito, desde 1983, es parte del ADN de la categoría.
El público lo entendió mejor que nadie: acompañó desde el primer minuto, disfrutó dos jornadas completas de automovilismo y se llevó lo que fue a buscar, un espectáculo con todos los condimentos. No hablamos solo de carreras, sino de sobrepasos, tensión, un vuelco que hizo contener la respiración y, sobre todo, la jerarquía de un campeón como Matías Rossi para adueñarse de la victoria.
El piloto de Del Viso volvió a demostrar que su vigencia está intacta. Con un Toyota Cross sólido, respaldado por la experiencia y la fidelidad de Darío Ramonda y su equipo, Rossi escribió otro capítulo de su historia grande en el automovilismo. Claro que también hay que destacar a Nicolás Palau, quien defendió el liderazgo hasta que una falla mecánica le negó la chance de coronar su esfuerzo.
Lo importante aquí es el rumbo. El TC2000 necesita esto: escenarios históricos, autos modernos, carreras intensas y pilotos que se jueguen todo en la pista. Roca cumplió con creces y dejó la vara alta para lo que viene: Junín, los siempre esperados “200 de Buenos Aires” y el deseo latente de ver esta generación de autos en un templo como El Zonda.
La conclusión es sencilla: cuando hay identidad, compromiso del público y un buen producto deportivo, no hace falta inventar nada. General Roca lo reafirma: el TC2000 tiene futuro, siempre que se mantenga fiel a sus raíces y no pierda de vista el espectáculo.
