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Volkswagen Up I-motion: probamos la versión AT
El Up! I-Motion mantiene su conocido motor 1.0 tricilíndrico de 75 CV, y lo asocia a una caja automatizada (o robotizada) de cinco marchas denominada SQ100 que se fabrica en la planta de Skoda en Mladá Boleslac, República Checa.
Lo primero que llama la atención cuanto uno se sube al Up! I-Motion es que en el diagrama de posiciones no hay P (Parking), solo tiene N (Neutro), R (Reversa) y D (Drive). Después, cuando selecciona D o R el vehículo se queda inmóvil, es una particularidad de las cajas automatizadas. Recién cuando uno acelera se engrana la marcha, lo cual puede generar algunos arranques violentos que pueden terminar en toques indeseados en estacionamientos o semáforos. La solución es apretar ligeramente el pedal y tener un poco de paciencia hasta que se coloque el cambio y rompa la inercia. Otras marcas con cajas similares prefirieron modificar el sistema y que actué como una automática de verdad, que en estas posiciones siempre tiende a moverse (a muy baja velocidad) a menos que se lo tenga frenado.
En una ciudad con tráfico denso, como Buenos Aires, este Up! cumplirá con el cometido de ahorrarnos la engorrosa manualidad de subir y bajar incontables cambios. Eso sí, resignando algo de reacción, aunque por su buen radio de giro y dirección con asistencia justa sigue siendo un vehículo ágil en este ámbito, algo arisco en empedrados y superficies desparejas por su esquema de suspensiones firmes.
Después, en el andar cotidiano, el pasaje de cambio es lento y hasta un conductor distraído escuchará el accionar del engranaje desde el habitáculo. Además, en D tironea bastante, pero ofrece un modo secuencial a través del selector (que sube relaciones al empujarlo al frente y los baja tirando hacia atrás... para nosotros es una disposición poco intuitiva, mejor al revés) en el cual, si se levanta un segundo el pie del acelerador cuando se acciona la palanca, prácticamente se puede evitar el cabeceo. Si bien en este modo permite llegar al corte de revoluciones (a 6.500 rpm), no retiene el cambio, así como tampoco anula el “Kick Down”, por lo que lejos está de ser un modo deportivo.
En ruta las prestaciones disminuyen respecto a la caja manual. Los procesos de aceleraciones empeoraron notablemente, por ejemplo en el 0-100 km/h hay una diferencia de cuatro segundos (17,8 vs. 13,8), mientras que, en recuperaciones, en D necesitó de casi eternos 17 segundos para pasar de 80 a 120 km/h. Eso se debe principalmente a la demora que hay entre cambio y cambio, que nos deja sin tracción por unos instantes.
En cuanto a consumo, prácticamente no hay diferencias con el manual a velocidades constantes, pero sí logra bajar a 7,4 l/100 km en ciudad, valor correcto, aunque discutible por ser un motor de 999 cm³.
La I-Motion se combina únicamente con la carrocería de cinco puertas del Up! y a dos niveles de equipamiento: Move y High (como el “nuestro”). Dentro del equipamiento se destacan la dirección asistida eléctrica, las llantas de 15 pulgadas, los levantavidrios delanteros y espejos eléctricos, el cierre centralizado de puertas con comando a distancia, el equipo de audio con conexión Bluetooth y puerto USB, un buen equipo de aire acondicionado (sin toberas centrales direccionales) y el sensor de estacionamiento trasero. Es una dotación lógica para una versión intermedia, pero le falta computadora de a bordo.
Ya dijimos que el Up! es un modelo orientado a jóvenes solteros/as o parejas, así lo indica su espacio interior, con 2,42 metros de distancia entre ejes; los que viajen atrás entrarán justo a lo largo –y si maneja Figueras anule la plaza de atrás del conductor–. Su habitáculo disimula con simpatía algunas condiciones de modelo de entrada, como la porción de chapa en las contrapuertas, pero en general muestra una digna percepción de calidad.
Aunque su lugar predilecto es la ciudad, no le esquiva a un viaje largo cada tanto con un comportamiento dinámico correcto, solo puesto a prueba en curvas cerradas donde puede perder un poco de tracción.
La posición de manejo es correcta, podría ser mejor si el volante regulara también en profundidad (y no solo en altura) y enfrente del conductor se visualiza un polémico tablero de instrumentos con un gran velocímetro central, pero minúsculo cuentavueltas. Por último, el habitáculo está bien insonorizado, pero cuando el motor se enrosca (a 130 km/h reales gira a 4.500 rpm) se siente un ruido como a centrifugado, y la única crítica en ralentí es que transmite una vibración que desaparece una vez que empieza a moverse.
En cuanto a seguridad, tiene frenos con ABS con distancias correctas aunque con un pedal de recorrido corto, y el sistema antibloqueo transmite mucho su accionar al conductor y se fatiga rápidamente. También tiene faros antiniebla, doble airbag frontal y ganchos Isofix. Queda en deuda con control de estabilidad/tracción, pero exhibe orgulloso en la luneta la calco de sus cinco estrellas en seguridad para adultos que obtuvo en el crash test del Latin NCAP.
Posicionándolo frente a sus rivales, el Volkswagen Up! High tiene un valor de lista de 240.947 pesos, o sea unos 12.500 pesos más que la misma versión con caja automática. Entre sus rivales se encuentran los Fiat 500 Lounge (1.4/105 CV) a $302.100, Hyundai Grand i10 GLS (1.2/87 CV) a $348.335 y Kia Picanto EX (1.2/87 CV) a 19.000 dólares (unos $285.000), todos con cajas automáticas con convertidor de par de cuatro marchas en los de las marcas coreanas, y de seis en el caso de la italiana que, además, suma control de estabilidad como elemento exclusivo del segmento.