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A 25 años de aquel primer paso en Daytona
El equipo de Dale Kreider, el Racing Enterprises fué seleccionado para proveer los vehículos, pero no era una súper estructura, ni tampoco tenía abundancia de medios para solucionar los inconvenientes que surgían. Muchos problemas fueron solucionados con el ingenio y la capacidad del grupo reducido de argentinos que estuvimos en aquellas pruebas casi en solitario durante cuatro días. Los autos Oldsmobile, modelo Cutlass Supreme, eran impulsados por motores Chevrolet V8 de una potencia estimada en 680 HP , el peso rondaba los 1200 kg disponiendo de cajas Saenz de 5 marchas y chasis tubular.
Los dos autos disponibles eran el 25, estrenado para la carrera que sería para los pilotos Emilio Satriano, Jorge Oyhanart, y los jóvenes Eduardo Ramos y Fabian Acuña. El otro, era el 23 para Osvaldo López, Oscar Aventin, Juan Manuel Landa y Osvaldo Morresi. Hugo Mazzacane quedó como piloto suplente.
'Pibes, levanten un poco que van muy rápido'
Los primeros en salir a pista fueron Satriano y Aventin, inicialmente comenzaron girando en 2m06s/2m08s y a medida que fueron pasando el resto de los pilotos sobre los coches fueron bajando los tiempos. Durante la tarde Fabian Acuña marcaba el mejor registro (1m58s) con lo cual la adaptación parecía ser bastante buena. Otro que iba muy rápido era Lalo Ramos quien junto con Acuña giraban cómodos por debajo de los dos minutos en la vuelta. Pero ocurrió lo que se veía venir...el 'tirón de orejas'. Cuando terminaron las pruebas los dos 'jóvenes' fueron avisados que los tiempos no eran relevantes, sino que lo importante era completar el total de la carrera. Estaba claro que había una diferencia importante en los registros de los pilotos y los de Acuña y Ramos estaban muy por debajo del resto. Los ritmos eran diferentes y las perspectivas de carrera también. Por eso Dale Kreider (dueño del equipo) al notarlo lo advirtió, y en un par de reunones en el hotel se definió la estrategia. 'Pibes, levanten un poco porque van muy rápido', les dijo Aventín. El grupo le hizo saber a los rápidos, que el tiempo ideal era de 2 o 3 segundos por encima de los dos minutos de vuelta.
Segundo día
Al segundo día de pruebas el auto 23 sufrió una rotura en un tensor con lo cual el chasis quedó mal. Fue trasladado al taller del equipo ubicado en San Petesburgo y por lo tanto se tuvieron que arreglar para girar con un solo auto. Fue una complicación para los pilotos en el momento que realizaron los ensayos más exigentes dado que realizaban pruebas nocturnas. El mal tiempo, con lluvia incluida, terminó dándole a los pilotos todas las variantes de pista posibles en la pista, con lo cual la prueba fue más que satisfactoria.
Tercer día
Para el último día de ensayos retornó al circuito el auto dañado pero apenas salió a girar el 'Pato' Morresi sufrió un despiste golpeándose en un costado. Fue el momento en el que surgieron las primeras discusiones con el equipo. Chocaban dos idiosincracias y dos formas bien diferentes de ver las carreras de autos, dado que los responsables del equipo querían llevarse el auto a reparar nuevamente y los pilotos argentinos decían que era un golpe menor y se podía reparar en el circuito. 'Esto se arregla, cómo se van a llegar el auto por un bollo', les decía el recordado Morresi a los americanos. Los pilotos tenían razón, ya que el golpe no era grave. Finalmente el auto fue retirado y nuevamente debieron girar todos juntos en el coche 25 completando el trabajo.
El 10 de enero el grupo regresó a la Argentina con una serie de datos importantes para la carrera que se venía, y si bien los ensayos no contaron con los dos autos durante los tres días, los pilotos se enteraron de qué se trataba intentar una aventura semejante en Daytona durante las 24 horas de carrera. El grupo regresó en un vuelo charter el 23 de enero para la carrera que fue durante el sábado 30 y domingo 31. La historia marca que este año se cumplirán 25 años de aquella aventura, que tuvo su aperitivo con algunos contratiempos en una dimensión desconocida para todos.