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Llegó el final para el clásico Mercedes SLK
Todo tiene un final. Y ese momento ha llegado para una sigla emblemática de los autos deportivos y clásicos descapotables de Mercedes. Con la llegada del nuevo Mercedes SLC Final Edition, la marca alemana ha confirmado oficialmente que no habrá sucesor para el pequeño roadster alemán que surgió en 1996.
El mercado actual ya no demanda pequeños deportivos descapotables, como ocurría en el momento del nacimiento del SLK, que se veía envuelto, entre otros, por los Mazda MX-5, BMW Z3, MG TF, Alfa Romeo Spider o Fiat Barchetta, por nombrar sólo algunos. Hoy, de todos esos solo queda el Mazda MX-5, el nuevo BMW Z4, el Audi TT Roadster y el Fiat 124 Spider.
Surgido en 1996, inmediatamente produjo un gran interés en los compradores, no sólo por su equilibrada estética entre lo elegante y deportivo, sino también por su equipamiento, como el innovador techo rígido plegable que se desplegaba en sólo 25 segundos y que marcó el camino a seguir por los rivales. Para ser la primera vez que Mercedes ofrecía un pequeño roadster, había dado en la tecla justa.
Luego estaba la amplia variedad de motores, algo no muy usual en el segmento. Se podía elegir un motor de 2.0 litros cuatro cilindros atmosférico con 134 caballos o uno con compresor y 190 caballos. Luego llegaron más versiones, como el SLK 320 con motor V6 de 3.2 litros y 215 caballos, o la versión AMG que suponía añadirle un compresor a ese motor para llevarlo a los 349 caballos.
Tras ocho años, llegó la segunda generación hacia mediados de 2004. El nuevo SLK tenía un diseño muy agresivo que lo hacía parecer un pequeño SLR McLaren, el superdeportivo de la marca por entonces. Era espectacular y extremo. Pero no era sólo estética, ya que contaba con un chasis nuevo que permitía una conducción aún más deportiva, sin renunciar al confort que ofrecía la marca con el sistema de calefacción del cuello 'Airscarf' integrado en los asientos.
Junto a ello llegaron nuevos motores, cada vez más y más potentes. La versión básica ya contaba con sobrealimentación en un motor de 1.8 litros y cuatro cilindros, para erogar 160 caballos. Desde ahí, la escalada era similar a la de la anterior versión, como el motor V6 de 3.5 litros atmosférico de 268 caballos, o incluso la 'locura' de integrar un motor V8 en la versión AMG para entregar 355 caballos.
Finalmente, la tercera y última generación del SLK llegó siete años después, en 2011, que luego mutó en el SLC que conocemos actualmente. Un modelo rediseñado por completo y que perdió quizás algo de su atractivo, pero que mantenía su nivel en el mercado, con novedades como el techo acristalado 'Magic Sky Control', que oscurecía el techo rígido apretando un botón.
En el apartado de motorizaciones se introdujo por primera vez el motor Diesel en el SLK 250 BlueEfficiency. Pero eran los modelos de gasolina los que daban verdadero sentido a este modelo, con una nueva escalada de potencias: desde el cuatro cilindros de 1.8 litros y 181 caballos básico hasta llegar al SLK 55 AMG con un V8 de 5.5 litros y la impresionante cifra de 416 caballos en su interior.
Pero el cuento termina acá, con una última edición que despedirá a un modelo que se disfrutó durante 23 años desde su llegada. Conducir a cielo abierto en un pequeño biplaza de Mercedes era una mezcla de deportividad y estilo.