Gabriel Ponce de León con un motor que le alquiló a la familia Bonelli se metió entre los cinco de la clasificación. Con la penalización cayó al octavo.
Parecía que sería un fin de semana complicado para Gabriel Ponce de León. El piloto de Junín rompió el motor en el segundo entrenamiento del viernes y sus posibilidades era complicadas. Sin embargo, el de Ford le alquiló un motor a la familia Bonelli y con esa planta impulsora se pudo meter entre los cinco mejores de la clasificación del TC en Termas. Con la penalización impuesta luego, cayó al octavo puesto de la tabla general. A su vez, se mostró apenado por la rotura después de haber hecho el motor a nuevo para esta carrera. Escuchá la palabra de Ponce de León a continuación: