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Dólar en Argentina 2026: qué esperan los analistas y cuáles son los escenarios posibles
El dólar volverá a ser un eje central de la economía argentina en 2026. Proyecciones de analistas, variables clave y los factores políticos y económicos que pueden influir en su cotización durante el próximo año.
El comportamiento del dólar en Argentina seguirá siendo uno de los temas más observados durante 2026. Tras un período de fuertes cambios en la política económica, los analistas coinciden en que el tipo de cambio continuará en alza, aunque con un ritmo que dependerá de múltiples variables internas y externas.
Según estimaciones de consultoras locales e internacionales, el dólar oficial podría ubicarse entre 1.700 y 2.200 pesos hacia fines de 2026. La amplitud del rango refleja la incertidumbre que aún rodea a la economía argentina, aunque la mayoría de las proyecciones se concentra en valores cercanos a los 1.700/1.800 pesos. Estas previsiones surgen de relevamientos de expectativas del mercado y de informes económicos que toman como referencia la inflación proyectada y la política cambiaria.
Uno de los factores centrales será el esquema cambiario que sostenga el Gobierno. La continuidad de un sistema de bandas o de deslizamiento controlado del tipo de cambio apunta a evitar saltos bruscos y a reducir la volatilidad. En ese marco, el Banco Central buscará acompañar la evolución del dólar con la inflación, para no atrasar el tipo de cambio real y preservar la competitividad.
La inflación esperada para 2026 también tendrá un impacto directo. Aunque se proyecta una desaceleración respecto de años anteriores, los analistas estiman que seguirá siendo elevada. Si el proceso de desinflación se sostiene, el ajuste del dólar podría ser más gradual; de lo contrario, las presiones cambiarias podrían intensificarse.
Otro punto clave será la acumulación de reservas internacionales. La capacidad del Banco Central para fortalecer su posición será determinante para contener expectativas de devaluación. Un mayor nivel de reservas brinda margen de intervención y contribuye a estabilizar el mercado cambiario.
En paralelo, seguirán existiendo diferencias entre el dólar oficial y los tipos de cambio financieros, como el MEP o el contado con liquidación. La brecha cambiaria dependerá del nivel de confianza, del flujo de inversiones y de las regulaciones vigentes. En contextos de mayor incertidumbre política o económica, esa brecha tiende a ampliarse.
El escenario político y la continuidad de las reformas económicas también jugarán un rol decisivo. La disciplina fiscal, el acceso al financiamiento y la relación con los organismos internacionales son elementos que influyen directamente en las expectativas del mercado.
En el plano internacional, la evolución del dólar a nivel global y las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos pueden impactar de manera indirecta. Un dólar fuerte a nivel mundial suele presionar a las monedas emergentes, mientras que un contexto más favorable podría aliviar tensiones.
En síntesis, para 2026 se espera que el dólar en Argentina mantenga una tendencia alcista, aunque con distintos escenarios posibles. El ritmo de esa suba dependerá de la inflación, la política económica, la acumulación de reservas y el contexto político y financiero, tanto local como internacional.