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El automovilismo con una mirada detrás del lente
Cuando Jorge Marchesin comenzó a sacar fotos lo hizo viendo una carrera de autos en el autódromo de Buenos Aires. Fue en 1974 y su llegada al coliseo porteño fue en bicicleta. Al finalizar la actividad se dio cuenta que su pasión pasaba por dos cosas. La fotografía y el automovilismo. Desde ese momento comenzó a transitar un camino que luego lo llevaría al del profesionalismo. En 1986 llegó al Turismo Nacional para fotografiar un equipo de competición y en 1993 tuvo la oportunidad de fotografiar un hecho que generó mucha polémica en nuestro deporte. Fue cuando Fernando Croceri salió campeón de la F3 luego de la ayuda de los colegas argentinos. Esas fotos llegaron a la Revista Corsas y Marchesin entró a trabajar. Con el paso del tiempo llegaría el momento de la Revista Solo TC donde dejó de fotografiar el último 8 de marzo de este año. La decisión estaba tomada. Sintió que había cumplido un ciclo y que la vida se podía disfrutar desde otro lado. Acá su palabra
Con casi 400 carreras cubriendo el Turismo Carretera, el momento de dejar la cámara apagada llegó y decidió hacerlo en una carrera de TC. Ese fin de semana fue difícil para Jorge. Más allá de todo lo que pasaba por su cabeza, sabiendo que era la última, no podía olvidarse del profesionalismo. El cariño de la gente, el de los colegas, el de los amigos, el de los dirigentes y el de los pilotos que lo iban saludando, en esa despedida, lo emocionaban. Cada abrazo era acompañado por una lágrima. Su voz se quebró en más de una oportunidad y no era para menos. Al mirar para atrás se dio cuenta que sembró mucho y que no todo el sacrificio que hizo no fue de gusto. Hubo pasión y solo los que la tienen saben de qué se trata.
Su última foto
La última foto que sacó Jorge Marchesin trabajando fue la de Juan Cruz Benvenuti. El neuquino ganó la última carrera del TC, antes del Coronavirus, y esa fue la última foto de un fotógrafo que mirará, tal vez, alguna carrera por TV.
