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El Citroën que salvó la vida al presidente de Francia
Un 22 de agosto de 1962, pasadas la 20 hs., una lluvia de balas recibió al auto que transportaba al presidente francés, Charles de Gaulle, en Petit Clamart, en las afueras de París.
El célebre general, que había liderado la resistencia francesa contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, tenía 72 años y llevaba otros tres de regreso en la presidencia de Francia.
En el complot contra el mandatario francés, participaron 12 hombres poderosamente armados con explosivos y ametralladoras.
Pero el gran protagonista de la jornada terminaría siendo el automóvil que transportaba al general De Gaulle y su esposa Yvonne.
El héroe no fue otro que el Citroën DS 19, el histórico modelo que fue considerado en su momento el auto más moderno del mundo.
De Gaulle salió ileso a pesar de las 183 balazos disparados por el comando de la Organización Armada Secreta (OAS), solamente ayudaron a agrandar su leyenda.
Ese auto, literalmente ametrallado por decenas y decenas de balas, con los neumáticos delanteros lacerados, continuó su camino. No se desvió ni un segundo de su trayecto y le salvó la vida al general y a su esposa.
El DS desde el inicio fue un auto revolucionario, y no sólo por el icónico diseño del italiano Flaminio Bertoni, que le valió ser elegido como "el automóvil más bello de todos los tiempos" en 1999.
Entre sus innovaciones técnicas también se destacaba su dirección asistida, caja de cambios hidráulica, chasis monocasco y frenos de discos delanteros.
Pero lo que le salvó la vida al general De Gaulle y también convirtió al DS en uno de los automóviles más cómodos que jamás han rodado sobre la Tierra, fue la suspensión hidroneumática que llegaría a convertirse en sinónimo de Citroën.
La mayoría de los autos, incluso hoy, utilizan amortiguadores de resorte en sus sistemas de suspensión. No así el DS.
Tenía un sistema de suspensión completamente independiente con amortiguadores rellenos con aceite y gas a presión en cada llanta. Esto permitía que la firmeza y altura de la suspensión del auto se ajustaran de forma automática dependiendo de la carga y el tipo de carretera.
En términos prácticos, hacía que el auto fuera muy fácil de controlar y también le daba una gran estabilidad y confort, al punto que muchos describían la experiencia de viajar en un DS.
Y, en el caso del atentado contra De Gaulle, le permitió al chofer del presidente francés continuar su camino a pesar de la total destrucción de sus neumáticos, alejando así al mandatario de la lluvia de disparos.
Según testigos, el automóvil inicialmente patinó pero logró recuperar la estabilidad gracias al novedoso sistema de suspensión, y eventualmente solo recibió 14 de los 187 disparos.
"Ven, querida, vamos a casa… Estos no saben disparar bien", diría De Gaulle después, según el film "El día del Chacal".
El Citroën del 55 ya es leyenda y Charles de Gaulle se mantuvo leal al DS hasta el fin de sus días.