Otras
Ellas nos manejan
Si hay algo que llamaba la atención cuando uno viajaba por el mundo era encontrar una mujer manejando un transporte público por la ciudad. La sorpresa, en un planeta machista, era ver a una dama conduciendo un micro doble piso en Londres, un omnibus de turismo por las calles de París o un metro de las líneas de Madrid. Con el correr del tiempo esa sorpresa fue desapareciendo y ellas comenzaron a ganarse el terreno y empezaron a ocupar un espacio que era totalmente guardado para el hombre.
En la comunidad de Madrid alrededor de 1000 mujeres, entre conductoras y jefas de líneas, trabajan en el metro. En dicha comunidad también se fue incrementando la cantidad de mujeres al volante de un taxi. En la actualidad más de 1400 están al volante de uno de ellos.
En Barcelona, una de las ciudades más bonitas de España, el 50 por ciento de los conductores del suburbano barcelonés son mujeres. Muy distinto pasa en la ciudad con quienes manejan autobuses. En éste rubro el porcentaje femenino al volante de los mismos llega apenas al 3 %.
A la hora de observar Buenos Aires nos encontramos que la participación laboral de la mujer, por ejemplo, en las líneas de subterráneos comenzó hace 15 años. Para ellas el inicio laboral bajo tierra fue en boleterías, como guardas y luego comenzaron a manejar las formaciones. En la actualidad más de 100 son conductores en las distintas líneas del subte de la capital federal.
En cuanto a los aviones, y a nivel mundial, solo el 3 % de los pilotos son mujeres. En nuestro país poco a poco esta profesión se está abriendo a una integración y desde hace tiempo se reciben pilotos mujeres en la argentina. En el siglo 21 ellas pasaron la prueba y encararon un desafío que dejó de ser solamente para hombres. Por eso, también nos manejan.