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Ken Miles el Ilustre desconocido por Ford

Ken Miles artífice para que Ford batiera a Ferrari en Le Mans fue ninguneado por la marca y el destino quiso que perdiera la vida desarrollando el GT40
Ken Miles el Ilustre desconocido por Ford
Ken Miles el Ilustre desconocido por Ford

Ken Miles había nacido en Inglaterra, en 1919, uno de los mejores, importantes, fugaces y desconocidos pilotos de la historia.

La mecánica y los Estados Unidos le fascinaron desde muy pequeño, y con 15 años, modificó un Austin 7 mientras sus aptitudes académicas eran bastante pobres.

Tras intentar emigrar al 'nuevo mundo' un par de veces de manera fallida, entró como aprendiz en Wolseley Motors, que además le pagó una escuela técnica hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial.

Llegó a ser sargento en un batallón de ingenieros de tanques en el que recuperaban y reparaban las unidades dañadas.
 
Tras la guerra casi se arruinó intentando correr en Gran Bretaña. Compró un motor Mercury V8 y se lo ajustó a un Frazer Nash. Con él arrasó en las carreteras, trepadas y circuitos.
 
Pero en un país con tantos problemas después de la gran guerra, las carreras todavía eran algo residual.
 
Un antiguo amigo le ofreció trabajo en California y en  1951 dejó atrás Gran Bretaña y se fue a un concesionario de MG de los EEUU.
 
Miles modificando autos, en su mayoría con base o motor Porsche, se hizo un nombre y ganó incontables carrerascon el  un híbrido de MG con el que batió a los reyes hasta ese momento en las carreras californianas, los Simca y los Porsche. 
 
 
Miles era agresivo, pero leal en la pista, muy hablador, intimidador y temerario, pero a la vez era divertido, siempre dispuesto a dar una mano, y un trabajador incansable.
 
Por todo esto, Carroll Shelby, se acercó a él.

Tras retirarse por temas de salud de las carreras, Shelby,  abrió una escuela de conducción y de preparación de vehículos en Los Ángeles. Después de modificar varios AC Ace, adaptándoles un gran motor V8 , llegó a un acuerdo con el constructor británico para modificar sus Cobra y correrles a Ferrari.

Se puso en contacto con Chevrolet y Ford para que le suministraran los motores. Donde Chevrolet no lo vio claro, Ford tampoco porque quería crear un departamento de competición.

AC envió chasis con ciertas modificaciones para albergar los V8 y así nació el AC Cobra. El resultado final fue el Shelby Daytona Coupe que consiguió tres victorias en la Clase GT, incluyendo Le Mans en 1964, y el título de fabricantes para Ford en 1965.

A Miles, a pesar de su prestigio y resultados, no le iba muy bien. Porsche lo había vetado por usar sus motores en vehículos modificados, así que se vio obligado a cerrar su taller. Justo en el momento en el que Carroll Shelby le ofreció ser su Director de Competición.

Shelby adoraba la forma de trabajar de Ken Miles: las anotaciones que hacía en cada test, que ayudaban muchísimo al desarrollo de los autos, sus conocimientos profundos de ingeniería y mecánica; su mordaz y afilada lengua y su habilidad al volante para detectar los problemas y aplicar soluciones. técnicas y de puesta a punto.

Miles fue clave para que el Shelby GT350 evolucionara y fue espectacular en Estados Unidos. Miles encargó a los mecánicos que aligeraran el chasis mientras él trabajó en mejorar la suspensión. En poco tiempo, febrero de 1965, el auto ganaba su primera carrera. Medio año antes, Ford sufría una dura derrota contra Ferrari en Le Mans.

Inmediatamente Henry Ford II buscó soluciones y decidió trasladar parte del proyecto de John Wyer con Eric Broadley y Lola a Shelby America con dos unidades. La victoria del Cobra en la clase GT batiendo a Ferrari en Le Mans fue decisiva en la decisión. Ken Miles fue nombrado el piloto oficial del prototipo.

Miles probaba en Riverside en jornadas interminables. Pero una de las más importantes fue en Willow Springs. Un trazado en pleno desierto de Mojave, haciendo pruebas aerodinámicas suupervisado por el departamento aeroespacial de Ford, descubrieron que el auto perdía más de 75 cv por una mala canalización del flujo del aire.

Tras ir solucionando Miles los problemas de manejo y mejorar la parte aerodinámica, inscribieron varias unidades para las "12 Horas de Daytona".

Junto a Lloyd Ruby, ganó la mítica carrera por delante de otros cuatro Ford GT40 y  por primera vez en 40 años un auto americano ganaba una carrera de primer nivel internacional. 

En Le Mans 1965,  las primeras horas todo fueron sonrisas pero cerca de cumplirse el primer tercio, al caer la noche, un aviso que le dio John Wyer a Henry Ford II tras los problemas del año anterior empezó a cumplirse. "No necesitas más potencia, necesitas fiabilidad" y los GT40 cayeron uno tras otro.

Tras la derrota, Ford decidió involucrar a otra organización para que preparara otra batería de autos: Holman-Moody.

Shelby y Miles siguieron trabajando y llegó otra victoria en Daytona. Esta vez en la primera edición como "24 Horas". Para satisfacción personal, no sólo por batir a Ferrari, quedó derrotar a los autos colegas  de Holman-Moody.

En Sebring Miles y Ruby volvieron a ganar. El GT40 estaba listo. El deseo de derrotar a Ferrari ardía en Henry Ford II, despechado tras haber jugado con él Enzo Ferrari al negociar la compra de la firma italiana por parte de Ford.

Ocho Ford GT 40 fueron admitidos para tomar parte en Le Mans de 1966, seis de ellos construidos por Shelby American. Ken Miles, que a pesar de su gran nivel de conducción había estado por debajo del radar siempre, iba a correr en Le Mans diez años después de haberlo hecho en un MG. Nunca intentó correr en F1 o en Indy.

Y allí estaba. Con su creación y con tiempo, no como el año anterior.

Todo fue como la seda y a mitad de carrera los ocho GT40 dominaban la general. Ferrari había sido derrotada y destruída en su carrera. El deseo de los tres hombres que habían unido sus fuerzas, Henry Ford II, Shelvy y Miles, se había cumplido. Ferrari no volvió ganar en Le Mans desde entonces.

A Henry Ford II, que había dado la salida en esa edición, se le ocurrió provocar una llegada con los tres autos forzando un empate. Quería que los tres autos del podio llegaran juntos con el #1 y el #2 cruzando la meta a la vez.

Cuando Carroll Shelby habló con Ken Miles sobre la idea a éste le cambió la cara. No tenía muy claro qué significaba aquello, pero no le veía nada bueno. Tenían casi dos vueltas de ventaja. Sintiéndose en parte engañado, levantó el pie muy al final ante la insistencia desde boxes.

Eso permitió que Bruce McLaren le recuperara la desventaja. McLaren era un hombre Ford y había estado desde el principio en el proyecto. Miles no dejaba de ser un empleado subcontratado. .

Miles no olvidó que fue Shelby quién le dio la oportunidad de seguir en las carreras. Leo Beebe, responsable del departamento de competición de Ford, fue el que orquestó la maniobra. Los comisarios le dijeron que no podía haber empate. Y sin embargo se lo calló, porque consideró que McLaren y Chris Amon se merecían la victoria.

Beebe se la tenía guardada a Miles tras haber ignorado éste las órdenes de equipo en Sebring para dejar la victoria a Dan Gurney. Aquella batalla terminó con la rotura en la última vuelta del coche del estadounidense. Todo apunta a que Henry Ford II y Carroll Shelby, no sabían lo del empate.

Se declaró ganador al GT40 #2 porque había partido 20 metros más atrás y por tanto era el que más distancia había recorrido.

Miles despotricó de todo y de todos, pero le  pidió al periodista que tuviera cuidado al plasmarlo de manera impresa,  ya que consideraba que  Ford y Shelby le habían dado todo y sólo podía estarles agradecidos. 

Ken Miles perdió la opción de ser el primer piloto en lograr la triple corona, Daytona-Sebring-Le Mans, en resistencia, algo que también le privó la crueldad del destino.

Dos meses después, a mitad de agosto, llegó un nuevo prototipo, el J-car, al que se había aligerado al máximo usando el material en forma de panal de abeja.

Miles no bajó la guardia y siguió trabajando duro en el proyecto ya pensando en el año próximo y probaba incansablemente el prototipo.

Le quedaba un último grupo de vueltas. Sin ir especialmente rápido pasó por la recta de atrás del circuito de Riverside. Cuando marchaba a 160 km/h algo ocurrió y el auto, frenando para tomar la curva a la izquierda, se fue bruscamente a la derecha, golpeó un talud e inició una serie de vuelcos incendiándose, despidiendo a Miles que murió en el acto.

Ford oficialmente nunca esclareció la causa del accidente, pero todo apuntó a una rotura de la estructura de panal de abeja, paradójicamente usada para dar más rigidez y menos peso. Al parecer  los remaches del anclaje del cinturón de seguridad debilitaron la estructura y en el primer golpe se arrancaron.

Luego de la tragedia, en Ford dieronla orden de montar en todos los autos una jaula de seguridad. Al año siguiente, Mario Andretti salvaba la vida tras un terrible accidente en Le Mans en uno de los GT40.

Esa fue, sin saberlo, la última contribución de Miles, que no pudo ver cómo sus "juguetes" ganaban tres ediciones más en Le Mans.

"Prefiero morir en un coche de carreras que devorado por el cáncer", eran las palabras de Ken Miles, el piloto ignorado por Ford que puso fin a la hegemonía del "Cavallino Rampante".

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