Opinión
Lo de Santa Fe es un espectáculo único
Agustín Canapino no dejó dudas en las calles de Santa Fe y se quedó con varias marcas importantes en la estadística de la carrera y de la temporada del Súper TC 2000. Veamos: desde inicios de 2013 con una seguidilla de Matías Rossi que ningún piloto lograba tres victorias consecutivas como las que hilvanó el piloto de Arrecifes ayer (Buenos Aires y dos en Santa Fe). Es la primera vez que lo logra la marca Chevrolet (su mejor marca anterioe fue el doblete de Norberto Fontana en el arranque de 2014 en Rafaela y Viedma. Es el primer piloto en ganar tres carreras consecutivas en Santa Fe. Es el primero en ganar carreras seguidas en dos años diferentes (2015/2016). Y se convirtió en el máximo ganador en el callejero igualando el récord de Leonel Pernía y Néstor Girolami quienes también ganaron tres veces en el circuito urbano.
También fue una fecha marcada por los pocos cambios de escena en los primeros lugares (salvo el abandono de Facundo Ardusso el domingo), por el cambiante desarrollo de la carrera del sábado respecto de la del domingo, y porque no hubo que lamentar golpes fuertes contra paredones o entre autos. Además los lugareños confirmaron que ésta fue la edición más baja temperatura ambiente de todas las ediciones históricas en Santa Fe. Hizo mucho frío durante todo el fin de semana aunque no se notó en las tribuna una vez más repletas desde temprano en cada jornada de actividad en pista.
Como se dijo hasta el hartazgo, fue una verdadera fiesta. Santa Fe es un clásico del automovilismo nacional y el Súper TC 2000 pudo juntar sus fechas emblemáticas en mitad de campeonato para mantener su salto de calidad en cuanto a las repercusiones de cada evento que realiza. Se nota en las intensas promociones y en la muy buena respuesta de la gente que posicionan a la categoría en firme crecimiento en cuanto al respaldo en los circuitos. Realizar los '200 kilómetros de Buenos Aires' y luego la fecha con doble carrera en las calles de Santa Fe fue un éxito. Lo único que no acompañó fue el factor tiempo por lo cual no vendría mal atrasar un poco las fechas para el calendario que viene y asegurarse la primavera efectiva en cada carrera.
Fue un fin de semana redondo para la categoría. A la confirmación de una de sus figuras 'top' como Matías Rossi en Toyoya, se agregó la de Agustín Canapino en Chevrolet, la ratificación de Facundo Ardusso y Emiliano Spataro en Renault y la posibilidad del regreso de Guillermo Ortelli. Le hace muy bien a la categoría este tipo de adelantos. Para los equipos, para las marcas y el mercado de pases y para el público. Lo mismo va a suceder cuando en poco tiempo más quede confirmado el calendario 2017. Nadie habló en Santa Fe del tema motores, situación que encendió alarmas en la previa de Buenos Aires. Leonel Pernía tuvo inconvenientes el sábado en su carrera y debió abandonar después de casi dos años sin parar.
Se polemizó con la chicana y el cambio que presentó respecto del año anterior. Fue diferente, más segura, más clara en su trayectoria y más fácil para sancionar. Pero le quitó 'sal y pimienta' al trámite de la carrera y se vió principalmente en la del sábado. La seguridad prevaleció por sobre todo y la chicana fue motivo de algunas quejas. De todos modos el motivo principal del desarrollo sin emoción de la carrera del sábado fue más por una actitud conservadora de los pilotos que por la chicana. El domingo la chicana estaba igual y la carrera fue muy diferente y con muhcas alternativas. Fue positivo cambiar la escala de puntos de cada carrera y adecuarla a lo que es un evento 'especial'. Fue la carrera que más puntos otorgó en todo el año, y Canapino se llevó 41 unidades como nunca antes había ocurrido en la corta historia del Súper TC2000. En todo caso para que el sábado los pilotos se 'animen' más, podría tener más puntos como incentivo y de esa manera ahuyentar la monotonía de una carrera de 50 minutos con muchas neutralizaciones y sin muchos sobrepasos.
Santa Fe ya es un clásico fuerte. Gusta por sus características propias. Gusta también por que se realiza en un marco inusual, inédito en la historia de nuestro automovilismo, y el espectáculo está en un nivel superlativo incluso en comparación con otros eventos a nivel mundial. La carrera de la noche es única. Y aunque el trámite haya sido tranquilo el sábado es la carrera más increíble que se puede vivir a lo largo de la temporada. Con sólo ver los autos brillando, con sus luces, en medio de la noche, ante una multitud, con el ruido de los V8, y en medio de las calles pasando a metros de donde uno los puede ver, es sensillamente impresionante. No me canso de decirlo.