Opinión
NO SÓLO TRIUNFÓ URCERA
Hubo fricción. No hay dudas. Como también hubo sanción. Y en cada situación de roce, están los que quedan con sabor amargo o cierto malestar. Es entendible y parte del deporte. Salvo estos casos específicos, había que caminar por la calle y el patio de boxes para advertir un clima que hacía mucho tiempo no se vivía en el automovilismo nacional. Como una euforia contenida por la exitosa apertura del Súper TC2000 en el autódromo porteño.
No me refiero al espectáculo (que fue muy bueno y entretenido) brindado en la pista. La alegría por trabajar, quienes lo hacían, o sólo disfrutar de la actividad en medio de un clima añorado de tiempos dorados y que se repitió este fin de semana en el Gálvez.
Una multitud colmó las tribunas. El ruido de la muchedumbre entreverado con el fabuloso rugido de los poderosos motores V8 y el colorido que sólo el público genera en cualquier ámbito dominó la escena. Volvió el calor popular. Ese patrimonio que el automovilismo supo ostentar durante décadas y que en los últimos tiempos se extrañaba.
“Al Súper TC2000 lo conozco desde hace muchos años. Pero esta vez me sorprendió más que nunca. Los equipos están impecables, todos. Pero el fervor de la gente es increíble”, confesó el brasileño Carlos “Cacá” Bueno en una extenso diálogo mantenido frente al box de Citroën, donde competirá como invitado en los 200 Km de Buenos Aires.
El entusiasmo contagia a todos. A quienes trabajan en cada uno de los equipos, a los que acompañan desde los patrocinios, a los propios pilotos… “Este triunfo fue más emocionante que el que obtuve en el TC”, manifestó Urcera tras su inesperada, para muchos, victoria en el debut del equipo Citroën en el Súper TC2000. No es cuestión de comparaciones. Ni escarbar en la “grieta” originada en la disciplina por otras cuestiones. Acá ganaron todos. Es cierto que el Súper TC2000 se llevó los laureles: por la magnífica convocatoria, por el excelente nivel de presentación de los equipos (nada que envidiar a ninguna categoría de Turismo del mundo), por la entrega de los pilotos, por la promoción fenomenal, por la llegada de terminales automotrices de y grandes empresas.
Acá ganaron todos porque el automovilismo necesita de estos buenos sacudones. Contagian. Elevan la vara. Insertan una actividad en otros ámbitos. Con el respaldo popular como garantía. Es probable que el Turismo Carretera repita el mismo clima que el vivido el último domingo. Y probablemente el Top Race y el Turismo Nacional tengan su gran experiencia en los respectivos regresos a la Catedral.
El tiempo dirá si lo del domingo fue histórico. Porque lo será si a partir de ahora el Súper TC2000 mantiene el nivel de satisfacción en el resto del calendario. Y no se trata de empardar cantidades de público o números. Es mantener la expectativa generada con esa presentación en cada lugar donde compita. No es fácil, todo lo contrario. Pero se demostró que se pudo. Sin expresiones altisonantes ni la verborragia en anuncios grandilocuentes. Todo lo contrario.
Y el tiempo dirá si este domingo también fue histórico para el Oscar y Juan Gálvez. El Autódromo comienza una nueva etapa, respaldado por el apoyo del Estado porteño. Una gran oportunidad para recuperar un lugar único. Este año recibirá a todo al automovilismo grande de la Argentina. Ya pasó el Súper TC2000 con un rédito fabuloso. El Gálvez estuvo “muy bien maquillado”, como hacía tiempo no sucedía. Fue a pulmón. Faltan las obras necesarias, como admiten sus propios dirigentes que aguardan las inversiones prometidas.
Con Urcera ganaron todos. Como sucede en la vida, si es difícil llegar, más complejo es mantenerse. Será histórico si esto es el comienzo de una nueva etapa. Queda ahora entonces el inmenso desafío de tomar la experiencia y potenciarla...