Turismo Carretera
TC RETRO: MENDITEGUY EL HOMBRE QUE DEJÓ MASERATI POR BRIGITTE
Carlos Menditeguy dejó su sello en el automovilismo argentino y especialmente en la actegoría que más amaba el TC.
Charles fue un deportista extraordinario. Fue diez de hándicap en polo, excelente jugador de fútbol, Campeón argentino de tiro, scratch en golf, gran billarista, pero lo más importante, amante de Brigitte Bardot.
Charly fue todo eso y mucho más sobre todo en el Turismo Carretera donde dejó marcado a fuego su sello.
A la categoría más popular se sumó en 1952 con 37 años después de haber pasado por varias categorías. Menditeguy rápidamente mostró sus agallas juandose siempre a todo o nada.
Su primer triunfo fue en 1955 a lo grande porque doblegó a los Emiliozzi en Olavarría nada más ni nada menos.
Se hizo además famoso en la historia por ser dueño de una frase épica en 1964 cuando ganaba un gran premio y a poco de llegar, en Arrecifes, su Ford se paró: "Quémelo Linares, quémelo", le ordenó a su acompañante. Quería prenderlo fuego!!!. Es que ese iba a ser su primer triunfo en un Gran Premio, trofeo de colección si los había para cualquier piloto en esa época.
De clase alta, Charles, vivió una vida intensa hasta su desaparición física en el año 1973 con apenas 59 años.
Quiso hacer de todo y lo hizo. En TC ganó seis carreras. Además ganó en los autos Sport en compañía de Stirling Moss los 1000 km por el mundial.
Corrió en Fórmula 1 con Maserati y Mercedes Benz, siendo tercero en Argentina 1957.
Pero su verdadero amor era el TC: "Fue lo que más quiseen la vida. Y sin embargo fue lo que más disgustos me dio", comentaba en una nota.
Fuera de la pista, su personalidad hacía que se le pegaran varios personajes del deporte y de la farándula.
Nóctambulo, habitué de las boites de moda, amigo fiel y un ganador incorregible con las mujeres. Tal es así que fueron las damas las que muchas veces atentaron con su carrera de piloto.
Graciela Borges fue uno de sus amores por ejemplo.
Así sucedió cuando no fue a los entrenamientos de Maserati, previos a una competencia de F1, en un faltazo sin avisoque enfureció a los directivos de la casa italiana del tridente.
Con el tiempo se supo la verdad. El gran Charly lo explicó con otra frase extraordinaria, luego de haberse conocido la noticia, de su noche con la estrella francesa Brigitte Bardot en la Costa Azul:
"No era una oportunidad para desperdiciar, ¿no?"