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Pequeño demonio

Renault lanzó hoy el Sandero R.S. 2.0, la versión más chica de los deportivos de la marca diseñado y fabricado especialmente para la región.
Pequeño demonio
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Fiel a su espíritu deportivo y consecuente con su vínculo con el automovilismo, Renault presentó el Sandero R.S. 2.0, la más pequeña de sus versiones “racing”, en el autódromo Oscar y Juan Gálvez de Buenos Aires y con la presencia de sus pilotos oficiales en el Súper TC 2000.

En su hábitat natural, la pista, los invitados al lanzamiento pudieron conocer las virtudes de la versión deportiva del exitoso modelo, que respeta el ADN de todos los modelos R.S. en el mundo. Su aspecto exterior, lo familiariza rápidamente con los otros productos de Renault Sport. La agresividad se acentúa con el paragolpes frontal, spoiler delantero, alerón trasero, faldones laterales, el difusor, y la doble salida de escape cromada. Además, el Sandero R.S. 2.0 es unos 40 mm más bajo que el modelo convencional y sus llantas son de 17 pulgadas con un talón bajo para la alta exigencia.

Su motor –el F4R- aspirado de 2 litros y 145 HP se complementa perfectamente con la caja de cambios de 6 marchas muy bien relacionadas, para disfrutar de sus prestaciones deportivas sin perder RPM entre cambio y cambio. Además de la agilidad de su motor, parte del secreto de su performance se base en los cambios estructurales y de puesta a punto. La estabilidad es uno de sus puntos más fuertes. Para eso, los espirales delanteros ahora son un 92 por ciento más rígidos y los traseros un 10 por ciento. Y para evitar el rolido en las curvas de altas velocidades, las barras de torsión son 17 por ciento más rígidas adelante y 65 por ciento atrás. Además, al tener menor despeje el centro de gravedad ahora está más cercano al piso.

Para parar a este “pequeño demonio” se incorporaron discos de frenos delanteros de 280 mm, y de un mayor espesor para disipar el calor, y de 240 mm atrás. Además cuenta con el sistema de frenos ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado EBD, el control electrónico de estabilidad ESP, el control electrónico de tracción ASR y la asistencia para partidas en pendientes HSA.

La modalidad de manejo pueden ajustarse según las pretensiones del conductor, entre tres tipos de modo de conducción. Con una pulsación corta sobre el R.S. drive, aparecerá en el tablero de instrumento la palabra SPORT. Instantáneamente se elevará el régimen de RPM cerca de las 1.000 revoluciones, cambiando el sonido del motor y mayor sensibilidad en el pedal del acelerador. El deportivo se ajusta a mayor performance. Allí se activa el shfter sound, una alerta sonora que avisa al conductor para pasar los cambios cuando se acerca a la zona roja del tacómetro (6.500 RPM). Por último, si se mantiene apretado el R.S. drive unos segundos, el indicador del tablero continuará en el modo SPORT aunque adicionará un símbolo que indica el sistema de control de estabilidad.

“Tiene el comportamiento de un auto de carrera”, señaló Leonel Pernía. “Me sorprendió la estabilidad que tiene en las curvas”, analizó Facundo Ardusso. “Es muy divertido”, comentó Emiliano Spataro. “Me encantó la caja y lo enroscado que va todo el tiempo”, coincidieron Germán Sirvent e Ignacio Julián. “Hubiese sido mi auto de los sueños a los 18 años”, bromeó Christian Ledesma. Los pilotos no le perdonaron nada en la pista. Y el Sandero R.S. 2.0 se sintió cómodo en su hábitat natural…

 

 

 

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