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¿Quiénes son los que cuidan las joyas de Ferrari?
Marc Gené corrió varias temporadas en la Fórmula 1, incluso fue piloto compañero de Gastón Mazzacane en 2000 en Minardi para luego pasar a Williams. Junto con Andrea Bertolini, italiano múltiple campeón de FIA GT serán los responsables de trabajar codo a codo con los dos jóvenes pilotos que tendrá Ferrari en 2021. Pero además tienen un trabajo envidiable en Ferrari y es el de conducir y asistir a pilotos particulares propietarios de autos de F1 de la marca de los últimos 50 años.
Charles Leclerc y Carlos Sainz será la pareja de pilotos más joven de su historia, pero si necesitan alguna lección tendrán el apoyo tanto de Gené como Andrea Bertolini. Ambos vivieron el ascenso y la coronación de la era Schumacher y colaboraron estrechamente con Alonso.
En 2021 trabajarán con Sainz y Leclerc, en los que confían de cara al futuro. Gené reconoce que ya ha hablado largo y tendido con Sainz y Bertolini, que tuteló a Leclerc en su época en la Academia, incluso cree que podrá darle guerra a Hamilton: "No he visto una velocidad como la suya, solo en Lewis y Schumacher", dijo.
Sus opiniones son muy escuchadas en Ferrari. De hecho, tienen un privilegio que ni siquiera poseen los pilotos oficiales. Son los "dueños de llaves" de una nave de Maranello, situada entre el simulador y la pista de Fiorano, que es uno de los santuarios de Ferrari: allí reposan y reciben cuidados los F1 que representaron a la 'Scuderia' desde los 70 hasta el 2013 y que son propiedad de los clientes más especiales de la marca italiana. "Solo Ferrari puede tener algo así, McLaren lo intentó pero no pudo", comenta exultante Marc Gené.
"Sólo Ferrari puede permitirse esto", aseguró Marc Gené en una nota del diario Marca de España. El ex Minardi y Williams hace años está vinculado con Ferrari desde que llegó como piloto tester y no se fue más de Maranello. Tiene un permiso especial en la 'Scuderia', nada menos que manejar los Ferrari del F1 Clienti, el programa que desde la época de Jean Todt le ha dado una segunda vida a los monoplazas rojos, sacándolos de la tutela de la marca para ponerlos en manos privadas.
"McLaren lo ha intentado, pero es imposible. Necesitas tener chasis, motores, mapas... tenemos hasta los mecánicos de la época pendientes de ellos. Al construir el coche completo, sólo nosotros podemos tener algo así", dice con orgullo.
Ferrari es único por muchas cosas, y que los monoplazas de sus últimos 50 años sigan rugiendo es una de ellas. Los mejores clientes de la marca -aquellos que posean la colección completa de los supercar de Ferrari (288 GTO, F40, F50, Enzo y LaFerrari) -; los que puedan pagar hasta 7,1 millones de euros (el récord para un Ferrari F2001 de Schumacher) y no lo hagan para especular con el valor de su joya y "los que se atrevan a pilotarlo", son los elegidos.
"Aunque pasa pocas veces, para algunos clientes estos F1 han sido demasiado intensos. Todos han arrancado, que no es fácil, y han conseguido rodar, pero algunos iban con algo de miedo", reveló Gené.
Y eso es normal ya que se trata de los míticos V12, los salvajes turbo de los 80 con más de 1.000 CV en configuración de 'qualy' o los ultra tecnológicos Ferrari de principios de siglo con telemetría bidireccional entre el muro y el auto. Estos F1 se vendieron con la condición de que fueran utilizados, de ahí que los anteriores a 1970 no entren en este programa -más frágiles, se sacan en eventos muy exclusivos como en Goodwood- y tampoco, de momento, los híbridos, por su excesiva complejidad técnica para un propietario privado... aunque pronto podrían también estar a la venta.
Gené es el tutor de todos esos elegidos que pueden tener en su garaje un auténtico F1 con los que Lauda, Prost o Schumacher, han ganado carreras y campeonatos. Su trabajo, cuando no acompaña al equipo de Gran Premio, es asesorar a sus dueños en su conducción. Viaja con ellos (este año había previstos siete eventos, incluido uno en Barcelona en julio) a los mejores circuitos del mundo (a todo lujo, por supuesto: Ferrari les lleva a la pista hasta la ropa y el casco), hace unas vueltas de referencia y asesora a sus pilotos para intentar acercarse lo máximo posible a su mejor tiempo.
"Es probable que Marc y yo seamos los únicos en haber probado todos los Ferrari" comentó el otro responsable en el programa el italiano Andrea Bertolini.
"Habré probado... no sé, cerca de cien Ferrari de F1. Incluso pude rodar el mismo día con un V8, un V10 y un V12, algo realmente especial. Los clientes suelen quedarse en torno a 10-15 segundos de mi tiempo de vuelta, salvo los que son pilotos, que se acercan algo más". Aunque a veces tiene que exprimirlos al máximo: "Un cliente quería que su auto hiciera el récord de Road Atlanta y ahí sí tuve que apretar. Ese auto no difería mucho en rendimiento con el de carrera... nunca ha pasado nada, pero si ocurriera, sería una situación complicada", reconoce.
Andrea Bertolini, que formó parte del equipo de test hasta 2008, cuando Ferrari podía tener hasta tres monoplazas probando simultáneamente, es el encargado de hacer las vueltas de chequeo de los autos antes de cada evento o tras cualquier modificación mecánica que puedan haber sufrido. El italiano lleva la cuenta de esos momentos tan especiales, que hoy está en 482 y pronto pondrá el 500 en esa pizarra. Entre todas ellas recuerda una especial: "En 2004 tras una sesión de test, me pidieron probar el Ferrari de Lauda de 1974... un salto de 30 años. No estaba cómodo con el pedal de freno y pedí que lo ajustaran. Cuando levantaron la carrocería... ¡mis pies estaban al descubierto!".
Historias especiales de una escudería especial.
Fuente: Marca.es