Turismo Carretera
Victor Galíndez y esa extraña jugada del destino
Victor Galíndez fue uno de los grandes boxeadores argentinos que intetaba pasarse al automovilismo pero el destino le jugó una mala pasada
Victor Emilio Galíndez había nacido en Vedia , Pcia. de Bs. As., un 2 de noviembre de 1948.
Un escorpiano con todas las letras que le ponía garra y crazón a todo lo que se proponía.
Para los entendidos en el boxeo, Galíndez, estaba considerado entre los diez mejores mediopesados de todos los tiempos.
Hizo 29 peleas amateurs antes de llegar al profesionalismo donde logró 55 victorias, 4 empates y 9 derrotas.
Su momento de gloria eterna fue el 22 de mayo de 1976, justamente el mismo día en que asesinaron al gran Oscar Ringo Bonavena en Nevada, cuando le ganó con más agallas que técnica a Richie Kates en Johanesburgo.
El argentino sufrió un corte muy profundo en su ceja por un cabezazo de su rival, lo que le hizo perder la visión, y quedó en la historia del boxeo mundial por limpiarse la sangre en la camisa del Arbitro, objeto de colección que se guarda en un museo.
A 15 segundos de la campana final con un violento cross de iizquierda terminó con Kates.
Por un desprendimiento de retina su campaña de boxeador se terminó por lo cual el oriundo de Vedia decidió ir por su otra pasión, los "Fierros",.
Su intención era correr en Turismo Carretera y por un contacto llegó a dar con el hijo de Nito Lizeviche, uno de los históricos correrdores del TC de aquella época.
El consejo de Lizeviche Junior fue que hiciera dos o tres carreras en la butaca derecha del chevrolet #19 de su padre, que motorizaban Wilke y Pederzoli, para ir viendo como era correr.
El debut se proucía en 25 de mayo pero la lluvia postergó la carrera para dos semanas después.
Finalmente el 26 de octubre de 1980 en el semipermanente de la ciudad bonaerense de Veinticinco de Mayo se produjo el debut del ex Campeón del Mundo.
Galíndez con un buzo clarito prestado por el propio Lizeviche, casco y botitas para la ocasión, emprendió ese nuevo desafío que le generaba una adrenalina parecida a la que había transitado sobre los cuadrilateros.
Largaron la final, y a 6.5 kilómetros la caja de velocidades se rompió, y tanto Lizeviche como Galíndez decidieron ir caminando por la banquina a los boxes, y no aceptaron que MiguelAngel Atauri, que venía con problemas mecánicos los llevara, y tampoco aceptaron la invitación del público a comer un asadito, como era el ritual en las carreras de ruta.
A las 13.25, el Falcon de Marcial Feijoó entró en trompo, al intentar pasar a otro auto, y con la cola golpeó fuertemente a Lizeviche y Galíndez, quienes murieron en el acto.
La tragedia dominó la soleada mañana de 25 de Mayo, y poco importó el triunfo del Dodge tricolor de Oscar Aventín.
Todos los medios periodísticos nacionales e internacionales quedaron sacudidos por la triste noticia.
El gran Campeón había muerto.
El destino hizo la jugada más cruel y tal vez esa confianza que siempre tuvo y que lo hacía practicamente imbatible, esa vez en el paraje San José de ruta 46, lo hizo vulnerable.
Todavía recuerdo esa felicidad que irradiaba en la plaza proncipal de 25 de mayo cuando en la verificación técnica todo el mundo se le acercaba para pedirle una foto.
Victor Emilio Galíndez, una leyenda del boxeo arrgentino, lamentablemente el destino nos dejó con las ganas de saber como hubiera como piloto del TC.