Fórmula 1
A 18 años del último Gran Premio de F1 con piloto argentino
Casi sin darnos cuenta pasaron 18 años desde que por última vez un piloto argentino corrió en la Fórmula 1. El 15 de abril de 2001 se disputó el Gran Premio de San Marino en Imola, y fue la despedida de Gastón Mazzacane del equipo Prost Acer. Desde ese domingo nunca más hubo un argentino en el Mundial.
Es probable que sí nos hemos dado cuenta de lo lejos que nos está quedando la élite del automovilismo mundial, y vemos a la Fórmula 1 como algo lejano pero a la vez una cuenta pendiente casi obligatoria para el automovilismo argentino.
¿Qué pasó?
Desde el inicio del proyecto la incertidumbre por el rendimiento de los autos de equipo de Alain Prost era lo que martirizaba el camino del grupo francés. Ferrari -cedió motores como hizo con Sauber muchos años- y el aval del gran campeón de la Fórmula 1 sirvieron para que se acerque en el tramo final de su carrera Jean Alesi como piloto principal.
A fines de 2000 Gastón Mazzacane llegó a Prost de la mano del principal sponsor que era la cadena televisiva de deportes Panamerican Sports Network (PSN). El proyecto de Prost fue un fracaso económico y deportivo. El primer fusible de ese fracaso fue la temporada de cuatro Grandes Premios del argentino quien se despidió para siempre de la Fórmula Uno un día como hoy en Imola, Italia hace exactamente 18 años.
Fue un fin de semana muy especial. Imola tiene magia propia, es un lugar de una belleza única, con arquitectura que conserva las líneas de los antiguos castillos medievales y un colorido inolvidable. Pero en el inicio de la primavera europea el tiempo no ayudó. Aquel fin de semana estuvommuy fresco, húmedo y con lloviznas pero con sol el domingo. Mazzacane sin saberlo corrió ese día su última competencia dentro de la Fórmula 1. Aunque en el fondo, él sabía que todo dependía de los resultados y del dinero, y solamente en Sepang había llegado 12°. En el resto de las carreras siempre tuvo que parar por algún problema tanto en Australia como en Brasil.
Para estar en la carrera de Imola viajó su padre, Hugo, quien curiosamente no estuvo en la mayoría de los Grandes Premios junto con su hijo. Los Mazzacane disfrutaron juntos aquel compromiso en Italia y la presencia de Mazzacane padre ayudó a contener algo a Gastón. El sábado Mazzacane clasificó 20º, delante de Jenson Button con Benetton por ejemplo, pero seguía muy atrás con el Prost Acer (nombre del equipo por el sponsor de las computadoras). Fernando Alonso con Minardi, quien había sido tester en la época de Gastón en el equipo italiano largó 18º. Mazzacane tuvo una mala partida y la carrera del platense duró 29 vueltas. Tuvo que abandonar por un problema hidráulico cuando iba 14º.
En cuatro Grandes Premios, tres abandonos. Las luces de alarma pasaban a ponerse rojas. Los argentinos que estuvimos en aquella carrera sabíamos que el final estaba cerca. Pero no teníamos muchas certezas mas que los rumores y comentarios de la prensa inglesa que hablaba de la posibilidad de cambios que involucraban a pilotos de Jaguar. Llegaba el Gran Premio de España y las dudas crecieron.
No era fácil convivir en el equipo francés. Además del contraste con la hospitalidad y camaradería italiana de la familia Minardi del año anterior, en la pista el rendimiento de los autos estaba muy lejos de lo esperado. Y no solamente con Mazzacane, que en todo caso había tenido un sólo año previo con un equipo muy flojo como Minardi. A su lado estaba el francés ex-Ferrari y cercano a Prost, Jean Alesi que tenía mucha experiencia en sus espaldas y tampoco le podía encontrar la vuelta al auto azul. Eso dolía y generaba mal clima.
El sábado al mediodía de Imola bajo una fuerte llovizna Hugo Mazzacane, vestido con campera del equipo, quiso entrar al motorhome de Prost pero no lo dejaron entrar. Iba a comer algo en el hospitallity del equipo y poder estar un poco más cerca de todo. Los franceses eran duros y antipáticos y a la larga eso, junto con el desastre que fue el equipo terminó jugándole mal a Prost, que terminó fundido. A los resultados me remito.
Terminada la carrera de Imola que ganó Ralph Schumacher con Williams, Mazzacane regresó a Buenos Aires aunque hubo pruebas en Silverstone para tratar de mejorar el auto. Todo aparentemente seguía igual.
El llamado final
El jueves a la noche, una semana antes del Gran Premio de España cenábamos con Víctor Pérez Seara en un restaurant del centro de Barcelona. Estábamos alertas por lo que podía pasar debido a los rumores en España. Un llamado del piloto español Pedro de la Rosa (en ese momento vinculado con Jaguar) nos alertó sobre la posibilidad inminente de la llegada del brasileño Luciano Burti que dejaría el equipo verde inglés para ingresar al equipo Prost. La excusa de Prost acerca de la falta de presupuesto se agrandó ya que el comentario era que el principal patrocinador se había atrasado en los pagos. El rumor ayudaba para que Prost se deshiciera rápido de Mazzacane. Antes del postre de aquella cena, una nueva llamada confirmó lo que suponíamos: Imola había sido la última carrera con un argentino en la Fórmula 1.
El año del equipo Prost siguió siendo tan malo como antes, tampoco Burti brilló y le costó acomodarse (casi se mató en el Gran Premio de Bélgica).
Pasaron 18 años de aquella experiencia en la que por última vez un argentino disputó una competencia de Fórmula 1. Hubo proyectos que terminaron mal, algún que otro intento, pero todos impulsos aislados, sin un programa de desarrollo de pilotos para tener recambio y más que nada respaldo económico para competir dignamente. Aquello fue un espejismo, un hecho aislado que ayudado por capitales de Estados Unidos pudo llevarse a cabo hasta que todo se terminó casi abruptamente. ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para tener otra vez un piloto en la Fórmula 1?