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Una recorrida por la planta de Chevrolet

Visitamos el predio de GM en Santa Fe, donde más de 3500 empleados producen un Chevrolet Cruze cada 1m54s. Gran compromiso con el medioambiente.
Una recorrida por la planta de Chevrolet
Una recorrida por la planta de Chevrolet

Siempre asombra y sorprende una recorrida por una planta industrial, más cuando del ámbito automotor se trata, por su complejidad y la capacidad productiva. Sin embargo, más allá de esas características que bien se distinguen en la planta de Alvear, en la provincia de Santa Fe, hay una sensación asombrosa al ingresar al predio de General Motors: el enorme sentimiento de pertenencia de los más de 3500 empleados para su lugar de trabajo y el orgullo con el que fabrican productos que abastecen el mercado local y al exterior.

 


Chevrolet es historia buena parte de la historia de la industria nacional en la Argentina. GM había comenzado a comercializar sus productos en 1922 y en 1925, 17 años después de su fundación en los Estados Unidos, ya se había instalado en la ciudad de Buenos Aires, para luego, mudarse a su clásica planta de San Martín. Hasta 1978 fue protagonista de la industria nacional.

En 1997 se produjo el regreso de la compañía, con la planta de Alvear, donde se fabricaron el Corsa, el Classic y el Agile, hasta que hace poco más de un año el predio se alistó para la producción del Cruze II y las plantas impulsoras que abastecen el mercado local, a Brasil y a Europa, cada uno de ellos con sus especificaciones según el combustible que se utiliza en cada región.

En Alvear, bien cerquita de Rosario, se producen 240 automóviles por día, algo así como 15 por hora, o para tener una idea más clara, cada 1m54s sale rodando un nuevo Cruze.

De las más de 3500 personas que trabajan de manera directa para la compañía, hay empleados que provienen de 30 países, que llegan a la Argentina para especializarse en diversas labores, como también desde aquí viajan a 10 países para la misma función.

La demanda es notable. Como si fuese una ciudad instalada dentro del predio. El consumo de energía eléctrica equivale al de una población de 100.000 habitantes. Con el agua, la analogía podría hacerse con una ciudad de 50.000 personas, mientras que el gas es similar al del consumo de 15.000.

A cada paso, desde que ingresa el primer chapón donde se le da forma de puerta, guardabarro o demás piezas, hasta que el Cruze, sedán o hatchback, apoya por primera vez con las cuatro ruedas sobre el piso, la coordinación y la velocidad son notables. Para la elaboración de la carrocería se utilizan 240 robots. Y en ese proceso trabaja la primera caja de soldadura láser de América del Sur, que con una precisión milimétrica, acopla el techo al resto del auto.

 La flamante planta de motores también es asombrosa. Con una superficie de 17.000 metros cuadrados, el lugar cuenta con los máximos niveles de estándar en seguridad. Tal es así que en caso de algún derrame líquido, no hay forma que ese fluído salga del área determinada.

Para la producción de los impulsores, tanto para abastecer los mercados argentino (nafta), brasileño (alcohonafta) y europeo (gas), se utilizan 56 robots, divididos en 8 para la construcción de blocks, 39 para tapas y 9 para montaje.

Tras la minuciosa construcción de cada Cruze (en el sector pintura se destina 3,5 litros por cada vehículo), en el área de test se evalúan 3600 datos de cada motor. Una revisión minuciosa para una producción formidable, ya que se fabrican 23,5 motores por hora.

El cuidado del medio ambiente no es un detalle menor para la planta de General Motors en Alvear.Hay un concepto bien definido: “No se generan residuos. Se genera materia prima para abastecer otros rubros”. Todo se recicla. De hecho, se utiliza un acumulador de agua de lluvia de 40.000 litros, mientras que el sistema de iluminación led inteligente trabaja según lo que detecta de acuerdo a la luz solar que pasa el techo en un 5%.

Para el asombro, en medio del predio, se asoma el Área Natural Protegida, una reserva certificada por “Wildlife Habitat Council”, creada por GM con el objetivo no sólo de proteger la biodiversidad de plantas y animales autóctonos de la zona, sino también de ser un espacio de enseñanza para promover los valores ambientales y de conservación de la vida silvestre en la comunidad.

Allí se produce el reciclado local (por mes) de 20.000 kilos de plástico, 260.000 kilos de cartón y papel y 20.000 kilos de residuos son convertidos en cemento portland. En la planta de efluentes se construyeron dos tanques de 500.000 litros con todas las medidas de seguridad, con mayor automatización, más tecnología y más calidad del agua.

Se instaló una nueva iluminación, con un cambio del antiguo sistema de 400 lámparas de mercurio de 400w por 300 lámparas Led de 200w de consumo. Ello logró una reducción de casi un 50 % de energía consumida con una inversión aproximada de 300.000 dólares.

La planta de Alvear cuenta con la certificación ISO 50.001, de gerenciamiento eficiente de la energía, desde el año 2013 siendo la primera planta automotriz de Argentina y la primera GM en América en certificar. En 2017 se logró el mantenimiento de la re-certificación.

Así, el predio en Santa Fe forma parte de las plantas de GM en el mundo declaradas libres de residuos que representan hoy un poco más de la mitad de las operaciones de fabricación de la compañía, contribuyendo a que la tasa de reciclaje media total sea del 85%.

 

 

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