Motos
El día que Diego Pierluigi se convirtió en “Samurái”
“Un Samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución”, reza el Bushido, el código de ética del milenario guerrero japonés, al hablar de una de sus siete virtudes, el Yu.
El Yu hace referencia a la valentía, esa característica que el 13 de noviembre de 2016 demostró Diego Pierluigi en la octava fecha de la temporada del SuperBike Brasil en el circuito de Goiania y que desde aquel momento le valió el apodo de “Samurái”. El siete veces campeón argentino de motociclismo protagonizó un fortísimo accidente el jueves durante los entrenamientos y tras hacer dos días de reposo en el hotel, logró clasificar el sábado y ganar la primera de las dos competencias del domingo.
“El accidente fue el entrenamiento libre del jueves, estaba lloviznando y la actividad se había atrasado. Todavía no habían puesto los air defender en esa curva y estaba el guardarraíl sólo”, manifestó el de San Isidro, quien en el impacto sufrió la rotura de los ligamentos internos, el desgarro del cruzado de la pierna izquierda y la fractura del pómulo derecho.
Tras el incidente, el hombre que en ese momento corría con un BMW S1000RR del equipo de Alex Barros debió hacer reposo para recuperarse, pero en ningún momento perdió la confianza en poder volver a la pista. “Aprovechando que llovía, sabía que el manejo no iba a ser tan físico. El sábado conseguí clasificar segundo y el domingo a la mañana pude ganar la carrera”, aseguró quien fue escoltado en el podio por Marco Solorza y Wesley Gutiérrez.
En torno a los momentos que vivió en carrera, el residente en Pilar destacó que el agua fue su gran aliada. “Tenía molestias y no sentía fuerza en la pierna izquierda. El dibujo del circuito tenía solo tres curvas para el lado que me perjudicaba y las demás eran para la derecha. Al llover me favoreció porque no me tenía que acostar tanto en la moto, ya que si me tenía que descolgar no iba a tener la potencia física para subir de nuevo”, afirmó
Y agregó: “El ojo también estaba algo comprometido. Veía, pero sentía como si tuviera algo raro. Sumado a eso, también tenía la visera del casco mojada, pero al ir adelante no tenía el spray de las otras motos y eso no lo hacía tan complicado”.
Para cerrar, Pierluigi destacó que la épica de aquella victoria le valió el mote que lo acompaña hoy en día y también generó que la marca LS2 saqué una edición limitada de un casco con su nombre y con un diseño en homenaje al soldado nipón.
“Todo el fin de semana fue muy emocionante y a base de esa carrera me pusieron el apodo de ‘Samurai’. A raíz de eso, LS2 en Brasil sacó una línea de cascos exclusivos con mi nombre porque en aquel momento todos veían mi victoria como la de un guerrero”, finalizó.