Opinión
El TC no se puede permitir no visitar el Gálvez una vez al año
El Turismo Carretera volvió al autódromo “Oscar y Juan Gálvez” después de una temporada de ausencia y fue una fiesta.
“Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amó la vida”, dice la famosa obra de Mercedes Sosa llamada “Canción de las simples cosas”. El Turismo Carretera regresó a un lugar donde fue feliz el fin de semana y quedó a las claras que la categoría no puede no visitar el autódromo de Buenos Aires al menos una vez al año.
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El Turismo Carretera vivió una verdadera fiesta en el autódromo de Buenos Aires. Como toda celebración grande no comenzó el mismo fin de semana, sino que hace un tiempo con la repavimentación completa del circuito N°12 por parte del trazado porteño.
La invitación estaba hecha y era más que atractiva para pilotos, equipos y el público. El TC volvía al Gálvez después de una temporada de ausencia, pero faltaba la frutilla del postre que fue el regreso de Agustín Canapino en un hueco que le dio su atareada agenda como piloto de IndyCar.
Ya el sábado se comenzaron a escuchar los primeros comentarios de las personas que estaban sorprendidas por el gran marco de público que dijo presente en las tribunas a pesar del frío y la llovizna que cayó en horas de la tarde y que fue un punto de inflexión para la clasificación.
El domingo sucedió el panorama que se esperaba. La autopista General Paz colapsada un kilómetro desde temprano, largas colas para ingresar al “Oscar y Juan Gálvez” como en las viejas épocas.
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En las tribunas el público aportó ese color y calor en un domingo frío de agosto. La 15 de Chevrolet, la 4 de Ford, la 7 de Dodge y La Banda del Talud (Torino) coparon sus tradicionales lugares para apoyar a sus pilotos.
El Turismo Carretera volvió a vivir una fiesta en el Gálvez y como categoría histórica que es no se puede permitir no visitar este mítico autódromo al menos una vez al año. El público y la categoría lo necesita…
