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Estafaban a compradores de autos clásicos
El FBI detuvo a una banda de estafadores que vendía coches clásicos a través de la internet. Los compradores debían enviar el dinero fuera de Estados Unidos, donde se perdía la pista. Los criminales se enfrentan ahora a penas de más de 50 años de prisión.
Los coches clásicos son, además de una pasión para muchos, uno de los negocios más lucrativos del mundo. La cantidad de dinero que se puede llegar a pagar por ciertas unidades asustaría a los que no conocen el tema. Éste es un hecho que las bandas criminales saben, y que aprovechan llenarse de dinero. Por eso es que el FBI de Estados Unidos ha llevado a cabo una operación para desmantelar una organización criminal que utilizaba este tipo de vehículos para estafar a compradores desprevenidos.
Según las autoridades americanas, los miembros de esta banda habrían llegado a defraudar 4,5 millones de dólares. Fue el mes pasado cuando se logró tener toda la información en orden para acusar a todos y cada uno de los delincuentes, que se elevan a 25. Estos han visto como han caído sobre ellos los cargos de fraude y blanqueo de capital, algo que les pueden hacer pasar más de 50 años entre rejas.
Los criminales proceden en su mayoría de Europa del Este, y desarrollaron su plan a lo largo y ancho de Estados Unidos desde noviembre de 2016. El plan para estafar a las víctimas constaba de un anuncio en la red en el que se ofrecía un auto clásico que no era real, de tal manera que atraían a un cliente que posteriormente era agasajado con todo tipo de detalles del mismo. Al final de la historia, el comprador debía ingresar su dinero en una cuenta alojada fuera del territorio americano, momento en el que se perdía la pista del mismo. ¿Por qué? Porque los delincuentes retiraban el montante correspondiente justo cuando éste llegaba. El destino final del dinero era precisamente Europa del Este.
Para hacer la estafa más creíble todavía, los acusados utilizaron conocidas webs de compra-venta de coches clásicos para estafar a sus víctimas. Incluso cuando se acordaba el precio de la operación, los maleantes derivaban a sus víctimas a supuestas empresas de transporte que iban a ser las encargadas de llevar a casa su flamante compra, aunque éstas realmente eran ficticias y actuaban como financieras legales para mover el dinero.
