La Otra Mirada
La Otra Mirada: el modelo que marcó a fuego a Renault
Renault Fuego impactó en 1980; en La Otra Mirada repasamos su historia, su irrupción en la Argentina y el exitoso paso por el TC2000. Mirá el video
Fue impactante. Por su diseño, por sus líneas disruptivas y hasta por el nombre. En una época en la que Renault se caracterizaba por los números, llegó un modelo que marcó a fuego su impronta.
En 1980 Renault sorprendió al mundo con una cupé presentada en el Salón de Ginebra. Y rápidamente se instaló con el nuevo concepto al que se adentraba el mercado automotor a nivel mundial.
En la Argentina llegó con tal impacto el Renault Fuego, que de inmediato se comenzó a producir en el país. Y además logró tal fuerza que al introducirse en el ámbito del automovilismo, marcó una era de la mano de Juan María Traverso y Oreste Berta.
Pero volvamos a los comienzos. Tras el lanzamiento en Ginebra, la cupé Fuego se produjo en Francia y otros mercados europeos. El concepto nació del Renault 18. Robert Opron y Michel Jardin fueron los creadores de la Fuego, al modificar al otro modelo con líneas atractivas laterales con las molduras de plástico y una caída de la cola tipo fastback, con una luneta templada en forma de cúpula.
El coeficiente aerodinámico (Cx 0,34) sorprendía, con detalles llamativos como las manijas externas ocultas en las puertas, siendo un vehículo de avanzada para la época. Por ser una cupé, el espacio interior, destacado por el confort, se distinguía al ofrecer lugares generosos para cuatro ocupantes.
En 1981 se importó en la Argentina. Y como Renault sabía del paladar fierrero del gusto nacional, la idea era producirlo en Santa Isabel. Y los números respaldaron la idea. En 1982 salió el Renault Fuego argentino.
La primera versión fue GTX, equipada con un motor 2.0 litros (1.995 cm3) que entregaba una potencia de 103 caballos de fuerza y estaba acoplado a una caja manual de 5 velocidades. En 1986, un año después de haberse dejado de producir en Europa, Argentina lanzó la GTX II, que se caracterizó por contar con un nuevo tablero (el mismo que llevaba el Renault 18) y un nuevo diseño de llantas, al que se agregaba el novedoso cierre centralizado con comando a distancia.
Un año más tarde se incorporó el motor 2 litros por el M-2200 (2.2 litros de 116 caballos de fuerza), además de cambios estéticos y la gran aparición de la computadora de a bordo, que entregaba 8 datos de performance del vehículo.
En noviembre de 1989 Renault presentó la cupe Fuego GTA, la segunda generación del modelo que fue desarrollada exclusivamente para la Argentina en un estudio de diseño de los Estados Unidos. El color de la carrocería ganaba también en lugar de los plásticos negros, un nuevo alerón y nuevas llantas. El estilo más deportivo también se trasladaba al interior.
Finalmente, en 1991, el último restyling llegó con la GTA Max, con la tercera luz de stop, nuevas butacas y volante de tres rayos. La potencia se elevó de 116 a 123 caballos y la velocidad máxima alcanzaba los 200 km/h.
En el ámbito deportivo, la Fuego marcó una era. Fue imbatible en el TC2000 desde 1986 a 1993. La marca del rombo fue dueña absoluta de la categoría, d ela mano de Juan María Traverso, Miguel Ángel Guerra, en los equipos oficiales que comandaba Oreste Berta, y Silvio Oltra. El modelo ganó en 66 oportunidades. La carrera más recordada del Flaco Traverso fue la Fuego, al ganar el 3 de abril de 1988 en General Roca con el Renault en llamas.
Finalmente en 1992 Renault Argentina culminó con la producción de la cupé Fuego, tras fabricar 19.952 unidades en Santa Isabel durante una década gloriosa. A nivel mundial, se lograron 265.257 unidades.
¿Quién no soñaba con la cupé en aquella época? Un automóvil revolucionario, que marcó una era en las calles y en las pistas. Sin dudas, un auto que dejó su huella, a fuego.