Límite de Pista
Medicina de precisión: el mapa genético que redefine los tratamientos médicos
La secuenciación del ADN se ha convertido en una herramienta clave para personalizar terapias, anticipar enfermedades y reducir efectos adversos. Mientras pacientes celebran resultados concretos, especialistas alertan sobre desigualdades de acceso y dilemas éticos en el manejo de datos genómicos.
Un tratamiento hecho a medida
Cuando a Mariela, de 38 años, le diagnosticaron cáncer de mama, descubrió que su tumor no respondía a la quimioterapia estándar. Solo después de un estudio genético se identificó una mutación específica que permitió ajustar la terapia a su perfil molecular. En pocas semanas, su tumor comenzó a reducirse. “Sentí que por fin trataban a la persona y no solo a la enfermedad”, dice.
Casos como el de Mariela se multiplican. La medicina de precisión, basada en el análisis del genoma de cada paciente, busca adaptar las terapias según la biología individual. Esto incluye desde tratamientos oncológicos hasta fármacos para enfermedades raras, inmunológicas y psiquiátricas.
Un avance que tiene su precio
La promesa de la medicina personalizada también abre un debate profundo sobre el costo del acceso. En muchos países, un estudio genético completo puede superar el equivalente a varios meses de salario promedio. Aunque los precios han bajado en la última década, le siguen resultando inaccesibles a amplios sectores.
Para Daniel, un niño con epilepsia refractaria, la secuenciación fue decisiva: permitió detectar una mutación que reveló que uno de los fármacos que tomaba empeoraba sus crisis. Pero su madre admite que solo pudieron pagarlo gracias a una colecta familiar. “Si no hubiéramos tenido ayuda, mi hijo seguiría sufriendo convulsiones diarias”, dice.
Los especialistas coinciden en que, sin políticas públicas que subsidien o integren estos estudios en los sistemas de salud, la medicina de precisión corre el riesgo de convertirse en una herramienta exclusiva para quienes pueden costearla.
Los dilemas éticos del ADN compartido
Más allá del precio, uno de los debates más sensibles gira en torno al uso y la protección de la información genética. ¿Quién puede acceder a esos datos? ¿Qué pasa si una aseguradora conoce la predisposición a una enfermedad? ¿Debe informarse a familiares sobre mutaciones hereditarias detectadas en un paciente?
La bioeticista Laura Riviere advierte que el ADN es un tipo de dato que revela información no solo sobre una persona, sino sobre toda su familia. “Es un conocimiento potente, y mal gestionado puede convertirse en una herramienta de discriminación”, afirma. La regulación, sin embargo, aún avanza más lento que la tecnología.
Un futuro prometedor, pero no exento de desafíos
Los avances en análisis genético están transformando la medicina, permitiendo detectar enfermedades antes de que aparezcan y personalizando tratamientos con una precisión inédita. Sin embargo, su expansión plantea desafíos urgentes: garantizar acceso equitativo, proteger la privacidad genética y educar a la población sobre sus alcances y límites.
Mientras tanto, pacientes como Mariela y Daniel ya viven los beneficios de una medicina que mira directamente al ADN para ofrecer una cura más exacta—y profundamente humana.
