Límite de Pista
Tecnología: El nuevo oro digital: empresas que están explotando tus datos personales sin que lo sepas
Aplicaciones gratuitas, redes sociales, dispositivos inteligentes y plataformas de e-commerce recopilan información que vale millones. ¿Hasta dónde llega la explotación de nuestros datos en América Latina y por qué casi nadie lo nota?
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Tus datos valen más de lo que crees
Cada clic, búsqueda, compra o desplazamiento con tu teléfono genera un dato. Lo que para ti es apenas una acción cotidiana, para muchas empresas es una mina de oro digital. Hoy, los datos personales se han convertido en uno de los activos más codiciados por compañías de tecnología, marketing, finanzas y hasta salud.
Sin embargo, la mayoría de los usuarios no sabe cuánto comparte ni quién tiene acceso a esa información. Peor aún: muchos servicios que usamos a diario recogen datos sin dejarlo claro o sin pedir un consentimiento real.
“En América Latina, el 80% de los usuarios acepta términos y condiciones sin leerlos”, advierte Laura Cáceres, experta en derecho digital. “Eso abre la puerta a una explotación masiva y silenciosa de nuestros datos”.
La economía del dato: cómo funciona el negocio
Empresas como Google, Meta, TikTok, Amazon y cientos de apps más recopilan datos sobre tus gustos, ubicación, hábitos de consumo, salud, redes de contacto y más. Esa información se utiliza para crear perfiles detallados que permiten venderte productos, influir en tus decisiones o incluso alterar tus emociones.
Pero no solo las grandes compañías están en el juego. En América Latina, también hay startups, bancos, operadores de telefonía y plataformas educativas que han construido modelos de negocio basados en la recolección y comercialización de datos.
“Tus datos son el producto. Si algo es gratis, el negocio eres tú”, resume Pedro Aguilar, analista en privacidad digital.
Datos que viajan sin control
Uno de los mayores problemas es la falta de regulación clara y efectiva. Aunque países como Brasil, México, Argentina y Colombia tienen leyes de protección de datos, muchas veces son insuficientes o mal aplicadas. Además, en la práctica, es casi imposible para un usuario promedio saber qué datos se recolectan, dónde se almacenan o con quién se comparten.
Algunos casos recientes en la región han encendido las alarmas. En 2024, una app de préstamos en línea en Perú fue denunciada por acceder sin permiso a los contactos y mensajes de sus usuarios. En México, se detectó que varias plataformas educativas públicas compartían información con empresas privadas sin notificación previa.
¿Quién defiende tu privacidad?
Existen iniciativas que buscan proteger a los ciudadanos, como organizaciones civiles (Access Now, Fundación Karisma, Data Privacy Brasil), campañas de alfabetización digital y herramientas de navegación segura. Sin embargo, el nivel de conciencia sobre el tema sigue siendo bajo, especialmente entre los jóvenes.
“En las escuelas no se enseña lo básico sobre privacidad digital”, denuncia Lucía Fernández, activista colombiana. “Estamos criando generaciones que entregan su información sin saber lo que eso implica”.
La urgencia de un cambio cultural
Más allá de la regulación, es urgente fomentar una cultura digital consciente. Preguntarse qué datos estamos entregando, a quién y para qué, debería ser parte del uso cotidiano de cualquier tecnología.
Desinstalar una app, ajustar permisos, navegar en modo privado o usar buscadores que no rastreen son pequeñas acciones que pueden marcar una diferencia.
Porque en el mundo digital, quien controla los datos, tiene el poder. Y tú deberías tener el control sobre los tuyos.