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Un auto argentino con una hélice que tentó a la industria de Estados Unidos
El Aerocar argentino, un extraño prototipo que tenía una hélice en su parte posterior, alcanzaba los 160 km/h y el mercado internacional se maravilló con él. Mirá de qué se trata.
"El Aerocar argentino puede viajar a 100 millas por hora y está siendo considerado para producción masiva en los Estados Unidos", destacaba una nota que se publicó en 1955 de la revista Mechanix Illustred sobre un excéntrico prototipo que se fabricó en el país. Se trataba de un auto que poseía una hélice en la parte posterior y llamó la atención a todo el mercado internacional.
Parecía un auto convencional, pero tenía una hélice de avión que emergía de su saga. Fue un invento de Eugenio Grosovich y Gianfranco Bricci y Juan Domingo Perón, presidente de esa época, estimuló el desarrollo de este emprendimiento asignándole el apoyo del Instituto Aerotécnico en las instalaciones del Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME)
Tenía la apariencia de un Tatra, una automotriz de origen checoslovaco. Tenía capacidad para seis pasajeros distribuidos en dos asientos y sobre la parte delantera se acomodaban la rueda de auxilio y el tanque de combustible.
Las hélices estaban fundidas en aluminio y magnesio. Las dos palas carecían de protección, tenían un paso de nueve grados y medían 1,75 metros de diámetro. A diferencia de los aviones, que la tienen adelante, ésta hélice tenía la intención de empujar desde atrás.
Podía alcanzar una velocidad punta de 160 kilómetros por hora, aunque su aceleración era precaria y recién adquiría ritmo cuando superaba los 60 kilómetros por hora. El interés de la industria automotriz estadounidense no se materializó y el auto argentino con un ventilador gigante se perdió.
