La Otra Mirada
Escándalo en la F1: cárcel, mentira y la aparición del ídolo
Un caso insólito en la Fórmula 1, que involucró a un piloto, un escándalo, la cárcel, una mentira y la aparición de un ídolo, la historia en La Otra Mirada.
Una historia muy particular, que involucró a un piloto de Fórmula 1, un hecho policial, la prisión, una mentira, y el surgimiento de uno de los más granes ídolos de toda la historia de la máxima categoría.
Picadilly Circus, verano de 1991 en pleno Londres y allí se sucedió un hecho que podría haber sido insignificante, pero culminó con la detención de un piloto de Fórmula 1.
Bertrand Gachot era un piloto belga, que competía para el equipo Jordan. Una discusión con el chofer de un taxi londinense y el ilustre pasajero no tuve mejor idea que atacarlo con gas pimienta.
"Gachot utilizó el spray de pimienta de su novia, considerado como un arma ilegal en ese país. No teníamos todos los detalles hasta que nuestro abogado nos llamó diciendo que Bertrand estaba en la cárcel", narraba Mark Gallagher, director de marketing de Jordan.
Escándalo en la F1: cárcel, mentira y aparición del ídolo
Increíblemente, a una semana del Gran Premio de Bélgica, el incidente del 15 de agosto, además de tomar estado público, siguió su curso legal en Inglaterra, por lo que Gachot debía permanecer en la cárcel.
Eddie Jordan, propietario del equipo homónimo, no tenía piloto de reserva. Allí apareció Willi Webber, representante de pilotos que tenía a una “verdadera joya”, según sus promesas.
Con suma rapidez, Webber propuso a su joven promesa: Michael Schumacher. Obviamente que el apellido del novato alemán ya había sido escuchado en las altas esferas. Y qué mejor oportunidad para ubicarlo en ese lugar vacante originado por el hecho policial de Londres.
Jordan aceptó la reunión con Webber. Y estaba dispuesto a una prueba para el chico alemán. La única condición impuesta por Eddie era saber si Schumacher ya había girado en Spa Francorchamps, teniendo en cuenta la altísima exigencia del circuito belga.
"Eddie Jordan quería saber si había pilotado alguna vez en Spa y yo le contesté que unas 100 veces, lo cual era mentira porque Michael nunca había estado en Spa", cuenta el representante.
'Schumi' se subió por primera vez al monoplaza, previo pago de 80.000 libras (14,5 millones de pesetas de la época), en un test el martes previo a la cita belga. La primera vez que Michael condujo un F1 fue un Jordan 191 en Silverstone. Esa primera prueba fue muy interesante. 'Schumi' estaba pilotando mejor de lo esperado. No paró cuando se esperaba, sino que siguió dando más vueltas. De hecho ignoraba las señales del equipo y cada vez iba más rápido.
El resto, es historia. Schumacher, que giró con su propia bicicleta el circuito de Spa para conocerlo a fondo, pese a la cercanía que hay con su ciudad natal, de Kerpen. En su debut, fue 11° en su primera sesión de entrenamientos y se metió en el quinto lugar en la segunda. Se ubicó 7° en la clasificación, superando a su compañero, Andrea de Cesaris.
En la competencia, superó a Jean Alesi y a Nelson Piquet en la largada. Su aparición no pasó inadvertida, al contrario. Ya todos vaticinaban la llegada de una nueva figura a la Fórmula 1. Pese a su imagen, el GP de Bélgica no terminó como soñaba, ya que el embrague lo dejó de a pie en la trepada a Eau Rouge.
Mientras la historia de Schumacher comenzaba a escribirse en la máxima caegoría, Gachot aún permanecía en la cárcel. El tribunal lo había sentenciado a 18 meses de prisión, aunque luego se redujo a 9 meses y finalmente, salió el 15 de octubre de 1991 por “buena conducta”.
Una historia por demás particular. Un piloto de Fórmula 1 en prisión, Berrand Gachot, la mentira de un representante para ubicar a su deportista y la aparición de uno de los más grandes de la historia, Michael Schumacher.
